Salud, amor y felicidad
Es muy típico en estas fechas, ver que la mayoría de los artículos, columnas, cartas, reflexiones de las diferentes revistas, periódicos, prensa de estos días que un tema muy tocado es la navidad y al prospero año nuevo. En un alarde de poca imaginación y sin buscar en el fondo de armario, voy a repetirme como todo aquel que haya escrito sobre este tema, pero es que, me apetece enormemente.
Para mí, es una fiesta que por lo general, va dibujada y llevada de la mano por personas a los que les invade la nostalgia, los recuerdos familiares y que para muchísima gente, es una fiesta triste, melancólica, porque no pueden dejar de pensar en aquellos seres queridos que nos dejaron. Y por otro lado, que es una fiesta, en la que otra mucha gente la ve como algo contaminada, donde ya, no le recuerda para nada a su magnífica infancia y ya no ve aquellas navidades donde se respiraba el verdadero espíritu de la navidad, y que por el contrario, está llena de hipocresía y falsedad; y que el consumismo y capitalismo, es el único causante de que todo sea tan artificial.
En mi caso, no es que vaya dando saltos de alegría, y opine muy contrario a lo dicho antes, tanto de lo hipócrita como de lo triste. Realmente; claro que echamos de menos a los seres queridos y nos acordamos en fechas tan importantes, de unión, de amor y fraternidad. Pero mi consejo para ti, si eres de estos del primer grupo, lo que hago yo en esos momentos, no es otra cosa que reconfortar mi alma con el pensamiento de ellos. No es que hayan dejado de estar, sino que forman parte de nosotros. Cuantas veces habremos dicho aquello de cuando nos dejan en una relación, “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”, pues esto es lo mismo, pero yo me niego a pensar que he perdido a mis seres queridos, porque en realidad no es así. Podemos marcar distancias, podemos acabar una relación por pensar de forma diferente, incluso acabar distanciados para evitar pasar el dolor de no soportar que esa persona, ya no forma parte de nuestro día a día, y ha rehecho su vida, (esto en el caso de una ruptura), pero es imposible y errado pensar que ya no forma parte de nosotros. Sus vivencias, sus aprendizajes, sus momentos compartidos, experiencias y cada segundo que hemos pasado, lo llevaremos siempre con nosotros. Entonces, porque no hacerlo igual con los seres que ya no están. Por qué, no rehacer nuestras vidas y llevarlos dentro de nuestras vivencias, recuerdos y experiencias hasta nuestro fin, que mejor homenaje que llevarlos con nosotros mismos allá donde vayamos. Además, estoy convencido de que tarde o temprano formaremos parte de la misma materia donde ellos estén.
Por otro lado, también pienso y estoy de acuerdo con que esta fiesta cada vez es más consumista y que los regalos y reyes y ahora la inclusión de ese maravilloso Papa Noel, esta poniendo en jaque más de una cabecita loca que se hipoteca hasta los dientes con tal de creer encontrar que la felicidad de su hijo o familia parte, por tener mas reyes o regalos de navidad que el vecino, el sobrino o el hermano. Mi consejo, en este caso es el siguiente. Yo lo que hago en estos casos, es aconsejar que la felicidad no está en tener sino en ser, algún avispado se habrá acordado de la campaña de Viceroy, (Viceroy no es lo que tengo es lo que soy) pero es que es cierto, no se trata de tener sino de ser, ese mismo ejemplo a mi me vale, pero métete el reloj, el coche, la colonia donde te quepa, tendré lo que me pueda permitir dentro de un orden lógico y no voy a ser menos, sin la motera que busca a Jack.
Con esto, no quiero decir que no se tengan mas opiniones diferentes, hay personas que siguen viviéndolas de forma increíble, súper cristianas, cosas que respeto enormemente; y de forma muy solidaria, como por ejemplo, aquel señor que dijo hace unos días, que su fin de año empezaba a las seis de la mañana, después de haber dado de cenar a cientos de personas necesitadas que no tenían donde cenar esa noche.
Pero antes de terminar, no quiero irme sin un clásico, sin hablar de un tercer sector de personas que hablan no muy bien de aquello que la mayoría de los mortales pedimos y deseamos para la llegada del nuevo año, porque parece obvio y cansino desear siempre lo mismo y parece como si ser repetitivos, quitara importancia a lo que se esta pidiendo o deseando para los tuyos. Pues desde aquí, respetando a todos aquellos que copian y pegan la típica foto de whatssap y más aun, a todos aquellos que intentan encontrar la frase perfecta, con la que intentan clavar palabras en todos los corazones de amigos y familiares cercanos, con la idea, imagino, de hacerles llegar un sentimiento afectivo, cercano, verdadero y lleno de amor. Yo, tanto de unos como de los otros. Os doy las gracias, por no quedaros pasivos e ignorantes con los brazos cruzados antes estos mensajes, y al menos, mandéis un me gusta, un gracias, un OK o un corazón de emoticono. Incluso en aquellos que no responden porque son más bien de callar, pero se quedan con el mensaje dentro y les llega, a todos os deseo 3 cosas salud, Amor y Felicidad, con una pequeña connotación. Salud, para no verte sufrir y seguir disfrutando de ti, pero también salud mental, para que no haya odios, ni envidias, ni rencor por mis espaldas, ni las tuyas, de tanta gente que no tiene vida y para tener paz interior, tengan que destrozar la vida de los demás. Amor, pero no solo de pareja, fraternal o de amistad, sino amor incondicional, porque amar es bueno, es bonito y necesario para crecer como personas y de esta manera no odiar, a quien hace las cosas mejor o peor que tu, con más ímpetu o serenidad, con mas necedad o irresponsabilidad sin prepotencia ni altanería, ni bajunerío o vulgaridad, porque cada uno tiene la vida que tiene y la tuya es la que importa dedícate a ti mismo, o sea quiérete, para poder querer. Y Felicidad, aunque ya teniendo las otras dos tendrás mucho avanzado, pero es necesario ser feliz con lo que se es, con lo que se tiene, sin querer más, con lo que venga, sin ambición ni abundancia.
Y para todos aquellos, que no se vean reflejados, que sigan persistiendo en renegar y no quieran aun esta fiesta y llegados el 20 de diciembre quieran levantarse el 9 de enero, solo decirles que os estáis perdiendo la vida y esta solo se vive una vez.