Las obras en el Mercado Central
El Gobierno Municipal ha sido capaz de poner en marcha algo que llevaban demandando los detallistas del Mercado durante varios años y que por falta de presupuesto no se pudo hacer antes. Desde hace años, el cierre de puestos en el Mercado Central es algo continuo, hasta el punto de que su imagen es pobre y no anima siquiera a entrar en el mismo.
Pero suponer que las obras del Mercado Central van a ser el revulsivo necesario es un error. Ni una primera fase, ni una segunda.
Todos los detallistas saben que el Mercado Provisional de León Herrero funcionaba muy bien. Eran unas instalaciones provisionales, pero había buen sitio para carga y descarga y un factor clave: vecinos.
Alrededor del hoy Centro de Ocio San Fernando Plaza viven miles de familias. Alrededor del hoy Mercado Central vive muy poca gente. Casas de una o dos plantas cuyos vecinos son ya mayores solos. El estrangulamiento del Peprich en el centro impide que se pueda aumentar la altura de algunas edificaciones, que puedan ser vivienda habitual de parejas jóvenes con niños.
Es decir, los clientes potenciales del Mercado Central y su radio de acción son muy inferiores a los que tenía hace tres décadas, cuando por otra parte, no había tantos supermercados en San Fernando.
No sólo es cuestión de un Mercado Central bonito, donde los puestos ofrezcan productos de calidad y a buen precio. Es cuestión de habilitar el centro de la ciudad para que lleguen nuevas familias, pues en los últimos años, como en otras ciudades, el extrarradio ha ido creciendo y el centro despoblándose.
Podrán decir algunos, que vale, pero que la población no importa, porque junto a Bahía Sur no vive tanta gente. Pero las circunstancias son distintas. El hotel y los bungalows, junto a Villarrubí sirven de zona de clientes potenciales. Además, acceder a Bahía Sur es fácil en vehículo, en tren y en transporte público.
Acceder al Mercado Central, o lo que es lo mismo, circular por el centro es Misión Imposible. Está claro que la tendencia es hacer los centro peatonales, pero también que el tráfico en San Fernando es producto de una política de parcheos sin un plan de estudio. De ahí se explica que la calle Las Cortes, Cayetano del Toro y Antonio López, todas paralelas, vayan en el mismo sentido.
Acceder al Mercado Central no es fácil, su aparcamiento subterráneo nunca ha gustado en San Fernando, a pesar de haber cambiado la entrada y la salida de vehículos. A ello se suma un horario muy malo no ya sólo para el Mercado sino para el centro de la ciudad.
No es raro ver a isleños comprando en los mercados de Cádiz o Chiclana, que ofrecen una mayor oferta, competencia en precios y accesibilidad.
Por tanto, la reforma del Mercado Central, no será la panacea pretendida. Estas obras deben estar acompañadas de una flexibilidad en el Peprich, de atraer nuevos vecinos al centro y facilitar la accesibilidad. Claro, que también los detallistas deben apostar por la calidad y el precio.
Contrasta todo esto con el auge de los tres mercados que tenía San Fernando, como la Paz, Central y San Antonio, y ver que mientras la Paz cerró y su edificio está para derribo, San Antonio si mantiene su clientela y funciona, gracias precisamente a calidad y precio.