Tu buena suerte
Dices haber tenido mala suerte en la vida. Lo dices con la sonrisa iluminando tu rostro, el de todas las personas que tenemos el placer de observarte. Es curioso como la vida nos pone delante a personas tan especiales. Me cuentas tus desgracias y no son comparables a las que yo asumo como mías y, sin embargo, envidio todo lo de que ellas has aprendido…
Pocas personas tienen la suerte de vivir el amor verdadero. Muchas tienen relaciones, algunas más esporádicas, otras durante toda la vida, pero eso no significa que conozcan el amor, ése que se escribe con mayúsculas y resuena en nuestras almas con sólo recordar su rostro, sus manos o su mirada…
Y aquí estás, delante de mi corazón, haciéndolo vibrar con el sentir de tu interior. Es un placer saber que has podido amar de esa forma tan especial y, más suerte aún es que ellos hayan podido tenerte a su lado para recibir lo mejor de ti. Cada cual tiene una misión en la vida y la tuya, no ha sido sólo amar a esos dos grandes corazones, sino haberlos bendecido con tus cuidados, tus caricias y tus besos sinceros. Puedes sentirte orgullosa de haber sido la mejor esposa que jamás alguien puede soñar, pues, a pesar de que el Universo movió sus hilos para arrebatarte a tus amados, jamás te has quitado la sonrisa y ellos, desde el cielo, sienten que mereció la pena compartir sus mejores tiempos contigo.
No todos saben que la vida sigue más allá de este mundo. Tampoco sé si tú misma eres consciente, pero hoy quiero devolverte el favor de esta historia que me contaste y contarte la mía; ésa en la que puedo decirte que, desde las estrellas, ellos se sientan cada noche para sentir el amor que tu vida les sigue dando, para cuidar de ti como cuidaste de ellos, con la misma fuerza y el mismo empeño, con el latir de un corazón que sólo sabe dar amor…
Y entre esos regalos tienes al mejor que una mujer puede recibir. Esa hija fruto de tu primer amor, sonrisa de tu sonrisa y corazón de tu latir. La que siempre estuvo y estará. La mejor herencia que una buena persona puede dejar es otro ser igual a ella, que sea capaz de llenar de amor a todo aquel que se cruza en su camino, a todos los seres que nacerán del amor que le enseñaste a crear.
No es mala suerte que lo que has vivido, por mucho que duela, por muy injusto que parezca. La suerte ha sido tu más fiel amiga y, desde siempre, ha sabido enfrentarte a las mayores tormentas para que llegases a ser la gran persona que eres, como esposa, madre y familia de todos los que te rodean, siendo o no de tu sangre. Tienes suerte de haber vivido dos amores verdaderos, sin pensar en el tiempo que duró, pues éste siempre resulta efímero cuando somos felices; tienes suerte de seguir estando aquí, dejándote ayudar por los que tantas veces has ayudado; tienes suerte de poder viajar algún día al otro mundo, satisfecha de haber aportado tanto a este que dejarás atrás; tienes suerte, pues conocerte es quererte y quererte, ya de por sí, es la mejor suerte…