Globos para la Paz
Los 30 de enero llevan consigo un Día Internacional, él de la Paz. Los colegios inundan sus patios con palomas picassianas y globos de color blanco. Globos que escapan de las manos de niños y niñas aún inocentes que viven seguros en sus hogares bajo el calor de sus familias y de un techo protector.
A mí cabeza vienen otros niños y niñas, quienes viven en zona de conflicto y les hicieron crecer cuando los pusieron en primera línea de fuego con un arma en sus manos o las vendieron como a nuestras 200 niñas en Nigeria secuestradas por Boko, a veces tu paz depende del lugar donde residas, de la suerte de caer aquí o allá.
La mayoría de conflictos tienen un trasfondo económico, el poder material en forma de petróleo, coltan, diamantes, armas, drogas o cualquier otra cosa que genere dinero marcará el origen de la lucha, por muy disfrazado que nos lo vendan en batallas religiosas o étnicas.
Llegan tiempos duros y difíciles con gobernantes que no construyen paz sino muros, muros que dividen y separan que suelen ser semilla para odios y rencores, que delimitan el flujo de culturas. La interculturalidad fomenta la tolerancia, la libertad y la solidaridad pilares de la Paz.
Decía Eleanor Roosvelt “No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella. Y no es suficiente con creer. Hay que trabajar para conseguirla”
Esa es la labor muchas ONG, trabajar por la paz, o por lo menos dar un poco de paz a quien tuvo que salir de su hogar porque sentía que su vida y la de su familia peligraban, abandonando el calor de un hogar que pocos días atrás era seguro. Le ofrece un globo de color blanco bajo la forma de tienda de campaña familiar donde se vuelven a sentir seguros.
Virgina Barrera