Publicado el: Mar, 31 Ene, 2017
Opinión

Denominaciones Coloquiales

Con el respeto necesario, parejo a la obligación de dejar constancia de ello y sin ánimo de ser irreverente en absoluto, trataremos en este artículo la forma coloquial y cercana de cómo son conocidas en la jerga cargadora a las distintas advocaciones de nuestra Semana Santa. Nombres populares de Cristos y Vírgenes usados no solo por los cargadores, sino también por el pueblo llano, sin saberse a ciencia cierta quién lo tomó de quién, si pasó del pueblo a la carga o viceversa.

De todos es conocido que el Cristo del Perdón que tallara el escultor isleño Antonio Bey rompió con la imagen que teníamos los cañaíllas de la representación de un crucificado. En contraposición a los Cristos de Expiración y de Veracruz a que nos tenían acostumbrados los desfiles procesionales, estilos de cuerpos delgados y leves musculaturas, Bey creó un Cristo a semejanza de la Sábana Santa con una imponente masa muscular y bien definida que sorprendió desde el primer momento. Y el pueblo, con su gracejo, comenzó a llamarle el Kubala. Para los más jóvenes debemos aclarar que Kubala sería el Ronaldo o el Messi de hoy en día, pero sin tatuajes; un conocido futbolista de la época de la fundación del Perdón, con parecida estructura física a la imagen que saliera de la gubia del escultor.

La advocación de Jesús Nazareno, popular donde los haya, quizás por la apariencia física del rostro de un hombre de mediana edad, se le ha denominado de diversas formas a lo largo del tiempo pero siempre con el denominador común de su edad: el pureta, el abuelo, el viejo… y hasta una composición procesional proclama su sobrenombre, La leyenda del Viejo, marcha en honor a Jesús Nazareno por su nombramiento como Regidor Perpetuo.

Más recientemente, Jesús del Prendimiento con sede en la Iglesia de San José Artesano, en las entrañas del Parque, es conocido por el Prendi, cariñoso diminutivo; y también llamado El Gitano del Parque con nombre adquirido de la hermandad homónima del barrio de Santiago de Jerez y apellido de la barriada que vio nacer a la hermandad. Y como no podía ser de otra forma, a María Santísima del Buen Fin, la Virgen que le acompaña todos los Martes Santos, es rezada y llamada por sus cargadores como La Gitana.

Si a la hermandad del Lunes Santo y del antiguo vulgo del comercio se le ha conocido siempre por el Ecce Homo, como marcan sus Estatutos, tuvo que fijarse alguien en las plumas y corazas de centuriones y soldados de estética romana, para generalizar a todo el Misterio denominándolo como el Romano. Y hasta en la caseta de feria de la Hermandad, si tienes hambre puedes pedirte un romanito.

De advocaciones marianas pasamos por simplificación a las más domésticas, pues en lugar de referirnos a la Virgen de los Dolores, resulta más fácil nombrar a La Lola, La Trini, La Maruja… formas populares de dirigirnos a Ellas, como si estuviéramos en casa, siempre desde el cariño y el respeto

Sobre el autor

- Alberto Salas Sánchez, es autor de los libros Cargadores de la Isla, (Historia, tradición y anécdotas) y Anecdotario comentado de Semana Santa. Ha ejercido como cargador durante 26 años perteneciendo a las Cuadrillas de Nicolás Carrillo, Mater Amabilis y Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC). En la actualidad es capataz de la JCC.

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