¡CANTA! (puntuación 8)

Qué satisfactorio es ir con tus hijos a una sala de cine y que toda la familia salga encantada. Eso es lo que experimenté tras el visionado de “¡Canta!” tras proporcionarme una más que agradable sorpresa.

En su humildad y claridad de ideas reside su encanto. Ni por asomo pretenden conseguir un clásico del género que compita en profundidad de historia y retrato de personajes con Disney o Pixar, solo pretenden entretener y a fe que lo consiguen…

La convocatoria de aspirantes a un “talent” musical es la excusa perfecta para un film de ritmo fantástico, tan dinámico como inteligente. La pléyade de personajes que puebla el film  es variopinta y difícil de olvidar. Los de Illumination Entertainment – en la cumbre de la industria gracias a los “Minions” - saben cómo crear un producto que guste a niños y mayores…

Y si además la banda sonora es magnífica, pudiendo escuchar los más pequeños por primera vez a clásicos como Queen, Cat Stevens o Leonard Cohen, se consigue un componente didáctico que redondea el producto.

“ASSASSIN´S CREED” (Puntuación 6)

Seamos consecuentes con este film, por mucho que la protagonicen dos excelentes actores como Michael Fassbender o Marianne Cotillard no tiene por qué ser necesariamente buena. Y tampoco influye el material del que proviene la cinta, uno de los videojuegos más populares de todos los tiempos. Esta esperada versión no deja de ser un film tontorrón y, a ratos, vacío que se ampara, y de qué manera, en su impresionante diseño de producción y en los avances tecnológicos. No pidamos peras al olmo y demandemos una narración coherente, porque para eso existe otro tipo de cine.

Aquellos que esperaban “Assassin´s Creed” para alabarla como la obra magna de las adaptaciones de videojuegos quizá vean saciadas sus expectativas, pero es que tampoco estaba el nivel muy alto en este subgénero. Disfrutemos de ella como lo que es, un bonito envoltorio sin apenas contenido que permanecerá en nuestras retinas el mismo tiempo que un caramelo en la puerta de un colegio. Y es que, a veces, se le pide demasiado al cine “palomitero”…