(II). Los parásitos externos en los gatos: Garrapatas
La garrapata es un parásito externo, que pertenece a la familia de los arácnidos, de apenas unos pocos milímetros. Se alimenta únicamente de sangre, por lo que nuestras mascotas son los hospedadores favoritos de estos diminutos chupones. La mayoría de las garrapatas viven en la naturaleza, sobre todo en bosques, en el césped, en matorrales, etc.
En el caso de los gatos, sobre todo los domésticos, es más complicado que las cojan en estos sitios puestos que no suelen salir de casa, a no ser que tengamos un jardín o un patio donde sí las puedan coger. Con esto, no queremos decir que las personas que tengan espacios abiertos en sus hogares, como los mencionados anteriormente, obligatoriamente sus gatos padezcan de estos parásitos, incluso puede ser que nunca lleguen a tenerlas.
Lo que suele ser más habitual, es que si tenemos un perro y un gato en casa conviviendo juntos, si el perro tiene alguna garrapata que haya cogido cuando sale a pasear es posible que pueda pegárselo a su compañero felino.
Las garrapatas generalmente producen una lesión local en la zona en la que se enganchan, similar a la picadura de un insecto, pero lo malo es que pueden transmitir enfermedades a nuestro gato, por lo que hay que estar atento para que no las coja, y si encontramos alguna, debemos quitársela lo antes posible.
Para quitar la garrapata en casa puedes seguir los siguientes pasos:
Encuentra la cabeza de la garrapata y prepara unas pinzas. En las tiendas encontrarás unas específicas para quitar garrapatas. ¡Nunca lo hagas directamente con las manos!
Pinza la cabeza de la garrapata lo más cerca de la piel que puedas ya que si sujetamos el cuerpo este puede partirse y quedarse la cabeza dentro de la mascota.
Tira con fuerza, sin girar las pinzas para que no se quede parte del animal pegado a la piel. En caso de que partes de la garrapata se queden incrustadas en la piel quítalas con la pinza.
Lava la herida con yodo o alcohol.
Podemos comprar soluciones antiparasitarias para el baño en forma de champús, polvos o espumas. También existen collares antiparasitarios que se suelen durar un mes y algunos incluso un poquito más de tiempo. Si no, podemos recurrir a pipetas que se administran en la piel de nuestro gato y estará protegido durante un mes aproximadamente también. En el mercado podemos encontrar estos productos con facilidad y escoger entre varias marcas y precios.