Publicado el: Sáb, 4 Jun, 2016
Nuestro Patrimonio

Identificando los restos de Francisco de Miranda

José A. Lorente durante su conferencia.

José A. Lorente durante su conferencia.

El doctor José Antonio Lorente, del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física en la Universidad de Granada, fue el encargado de rematar el bicentenario de la muerte del general en el Centro de Congresos.

"Obtener la máxima información posible a partir de un fragmento de hueso". Es el objetivo de un equipo profesional de científicos que, bajo la coordinación de Lorente, han protagonizado múltiples titulares al llevar a cabo estudios de ADN para la identificación de personajes históricos. Es el caso de Cristóbal Colón o del propio Francisco de Miranda a partir de las acotaciones antropológicas acometidas sobre sus restos óseos desde las últimas décadas del siglo XX.

No obstante y en pro de una mayor probabilidad de éxito, "no nos limitamos a la selección que se hizo en su día basada en características físicas del personaje y reposaba en el arcón de la que fue su celda", aclaró, sino que ampliaron la investigación a los demás huesos conservados en el osario del cementerio actual de La Carraca, donde se concentraron los restos procedentes de los dos camposantos anteriores situados en la trasera de la antigua parroquia y cerca de la torre sureste respectivamente.

A pesar de lo técnico de esta materia, el científico protagonizó una conferencia ágil y amena, no por ello exenta de rigor. Explicó a los presentes el respeto con el que se llevan a cabo estas investigaciones, "recogiendo pequeñas lascas de hueso que tras las pruebas suelen ser destruidas, por lo que hay que ser muy cuidadoso, hay poco margen de error". "La esencia de una persona con independencia de su importancia histórica, no concluye con su vida, sino que permanece en todo su legado y por su puesto en sus restos óseos", concretó. Pero no solo de esta razón estriba la minuciosidad de tales labores sino también de "la pérdida de información que conllevaría la destrucción de una pieza desde la perspectiva antropológica, razón por la que los profesionales de ambos ámbitos trabajamos siempre de la mano".

Según Lorente, hay varias vías para resolver estas cuestiones desde el ámbito genético: 'ADN mitocondrial' -se transmite por línea materna- o 'Cromosoma Y' -marcado por el sexo masculino-. Sin embargo, ninguno de los dos son infalibles ya que su éxito depende, en gran medida, del estado de conservación de los restos, de su antigüedad y, especialmente, del lugar donde hayan reposado hasta su rescate. Un problema que podría darse en el caso del general carqueño porque como bien se sabe "La Carraca es una isleta rodeada de caños y el agua salada afecta directamente a las secuencias genéticas".

Aunque "en muestras degradadas es más eficaz la primera vía", explicó, la ausencia de descendientes femeninos en varias generaciones complicaba todo el proceso. Algo que "no pudo resolverse con inhumaciones" y llevó al equipo a optar por la otra solución, a través del 'Cromosoma Y' y mediante los restos de su hijo Leandro, que aporta la ventaja de ser descendiente directo. En continúan trabajando actualmente y "esperamos -concluyó Lorente- poder presentar los resultados aquí en La Isla, en el lugar donde vivió sus últimos días".

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