Creador de un estilo de carga. Así reza el pie de foto en la que Tinoco Mera aparece mirando a la cámara que con destreza maneja Quijano, se me antoja que allá por 1942, primera salida de la Hermandad de los Afligidos. Instantánea que podemos observar en la magnífica exposición, llena de recuerdos, montada por la Academia de San Romualdo y denominada: La Isla. Miradas para no olvidar.

La foto, aparte del momento histórico plasmado, no tendría nada de extraordinaria si no fuera por el lugar en que está ubicada. O mejor dicho, donde está situado el capataz de cargadores. Nadie en aquella época, ni siquiera el propio Tinoco, ni menos aún sus cargadores podían suponer que al cabo de los años se le reconocería como creador de un estilo basado en la introducción de la almohada como instrumento de trabajo, definitorio de un estilo, el actual estilo de la Isla e impronta de su Semana Santa.

 Y si le hubiera sorprendido el reconocimiento como creador, más aún el hecho de formar parte de un variopinto collage formado por figuras señeras en diversos campos de la Isla pasada. Porque con su rostro serio y ropa humilde, se roza nada más y nada menos que con el arzobispo cañaílla Marcelo Spinola, fundador del Correo de Andalucía y recordado aún en aquella ciudad; con la santidad de la Carmelita Descalza Hermana Cristina, a la que la Orden, la Hermandad de la Misericordia y Antonio Moreno quieren hacer subir a los altares; con el querido y recordado Hermano Humberto, carmelita, artista e impulsor del belenismo. Mirando al norte, y nunca mejor dicho, se topa con un monseñor de carácter, Antonio Añoveros captado con el hisopo en la mano y que a punto estuvo de ser desterrado de España por Franco dada su postura de defensa del “pueblo Vasco”; cubriéndole las espaldas al belicoso clérigo, el padre Gaona de anécdota cargadora por desconocimiento de las estructuras de las andas procesionales; y Federico Joly Velasco, fundador del Diario de Cádiz. Para seguridad de todos, los Guardias Municipales cubriendo el flanco izquierdo, y entre ellos he querido reconocer al incombustible Bermejo, terror de niños con balones y pelotazos a las farolas. Abajo, por el sur, Manuel Pece, hermano mayor del Nazareno, apreciada imagen que posteriormente sacara Tinoco durante muchas madrugadas de relente y hambre.

Quién podía suponer en aquellos años que Tinoco, realizando una labor sin consideración social alguna, pasaría con el paso del tiempo a ser reconocido por la historia, la pequeña historia de su pueblo, a ser visto como un creador. Y allí, en la exposición figura al lado de las relevantes personas citadas. Tinoco, capataz de cargadores, creador de un estilo de carga.