Instrucciones para evitar pólenes
La mayoría de las plantas, en su época de floración, sueltan granos microscópicos de polen al aire que respiramos, que se pueden desplazar a kilómetros de distancia por el viento.
El polen puede causar síntomas a nivel de ojos, nariz, pulmones y piel de los pacientes alérgicos.
Cada planta tiene una época de suelta de polen máxima, que no siempre coincide con la primavera, sino que incluso en invierno existe polen ambiental, aunque en menor cantidad.
Las zonas de costa, como la nuestra, tienen niveles de polen más bajos y durante tiempo más largo, y las de interior tienen niveles más altos aunque durante un tiempo más corto.
Los días de viento, secos y soleados hay más polen ambiental. Disminuye su cantidad los días de humedad, o de lluvia, que “lava” el polen del ambiente.
Hay que tener en cuenta que es prácticamente imposible evitar el contacto con el polen, pero se deben seguir unas precauciones generales para minimizar su efecto.
Es fundamental conocer e identificar a qué planta se tiene alergia, y en qué época suelta polen en la zona de residencia. En Internet existen herramientas muy útiles como páginas que informan sobre niveles de polen (ej.: www.polenes.com).
Si sabe dónde hay esas plantas, evite esas zonas durante la época de floración. Lógicamente hay más abundancia y concentración de polen cuanto más cerca esté de ellas.
Ventile la casa durante media hora a primera hora del día y luego cierre las ventanas, sobre todo por la noche.
Evite viajar en moto o bicicleta. En coche es conveniente llevar las ventanillas cerradas. Además, muchos coches tienen filtro anti-polen, lo que es de gran ayuda.
Las gafas de sol evitan el choque directo del polen con los ojos.
En casos extremos conviene usar mascarilla.
Pele y lave las frutas y vegetales, que pueden tener granos de polen pegados.
La miel y la jalea real también pueden contener polen; téngalo en cuenta sí nota algún síntoma al tomar estos productos.
Consulte cualquier duda con su médico.