Quiero verte
Quiero verte. Así de simple, y tan intenso como puedas imaginarlo, es este deseo que me llena el vacío de tu ausencia. Toda la vida esperándote para no querer esperarte más. Te eché tanto de menos mientras te buscaba, que una vez encontrada no quiero que te separes jamás. Un minuto sin ti se convierte de nuevo en eternidad...
Quiero verte para poder tocarte, sentirte y, sobre todo, besarte. Qué hay más bello que los besos que se dan con el alma; aquellos que sólo existen porque estás a mi lado, que jamás pensaron nacer, que hoy ya no quieren desaparecer. Después de mil años besando príncipes encantados, hoy aprendo que no era necesario romper ningún hechizo, matar a ninguna bruja, ni trepar por ninguna torre. La aventura consistía en amarme tanto que ya no me quedase nada más por amar..., nada más que el corazón que me entregas en cada despertar.
Quiero verte, leerte cada frase que haces nacer en mis manos, cada sentimiento que brota de mi corazón, cada suspiro que da movimiento al aire que respiro. Sí, eso es. Ahora respiro de tu vida, de tus risas y tus caricias. Eres la musa más deseada por mis dedos, la canción más escuchada en mis sueños y los colores más vivos de mis días.
Entenderás ahora, mi amor, por qué quiero verte, por qué no permito al Universo mover sus hilos para alejarte más tiempo del que puedo soportar, pues no existen los minutos cuando te vas, no controlo el tiempo si tú no estás. Todo se convierte en nada y al recrear tu ser con mis letras puedo incluso llegarte a tocar. Desesperan mis manos por no tener tu piel para descansar y arden mis teclas buscando la mejor manera de sacar de mi interior este fuego abrasador.
Quiero verte porque tan sólo tus ojos saben leer lo que cuentan los míos; fue tu mirada la que nos reencontró en el infinito, reconfortando la impaciencia de nuestras almas por volver a hacerse una, aplacando los nervios que nos cegaban ante una vida que sólo nos entrega felicidad, durmiendo los miedos y despertando las verdades que ya nadie más desmentirá.
Un deseo lanzado al mundo para que la energía fluya hasta tus pies que, descalzos, vuelven a colarse en mi cama; vuelves a mí para que pueda verte, para calmar la sed de mi amor y empaparme de la humedad del tuyo; vuelves a mí porque este es el hogar que Dios construyó para querernos, protegernos y velar todas las noches que, por suerte, dormimos abrazadas, que para siempre llenarán de magia las hadas.
No sé si lo sabes, pero cada vez que te vas, tan sólo pienso en el momento en el que vuelvas a llegar...