Un monumento definitorio
Toda obra artística es opinable, y en función de los gustos personales, a algunos podrá gustar más y a otros menos, pues es conocida la frase “que en cuestión de gustos nada está escrito”. La reflexión anterior viene a cuento, a raíz de la próxima inauguración del “Monumento al Cargador” auspiciado por la JCC, aprobado y abonado por el Ayuntamiento de San Fernando, ejecutado por el escultor Jesús Vidal González, representativo de todos los cargadores pertenecientes a cualquiera de las cuadrillas isleñas, homenaje a los que nos precedieron en el oficio de la carga, y a partir de su colación en el lugar elegido, patrimonio de todos los ciudadanos de San Fernando.
Dada a conocer la obra por los medios de comunicación, surgen discusiones en torno a si hubiera sido mejor plasmar a un cargador de los antiguos que a un joven que quiere iniciarse en la carga, que si el cántaro es más tradicional que el botijo, o que debiera representar el pasado o el presente en lugar del futuro, son disquisiciones que hacen que nos mantengamos entretenidos en estos asuntos. Podríamos decir que “todos llevamos un escultor dentro”.
Lo cierto es que Jesús Vidal ha querido representar aquella obra que como artista tenía en la cabeza y concederle a la efigie de bronce una simbología, un sentido intemporal mediante un conjunto de elementos definitorios del trabajo del cargador. Ahí aparece la almohada, instrumento característico y diferenciador de la carga de San Fernando con la realizada en otros lugares y representativa de la carga pasada, presente y abogamos que futura. Las cuerdas, elemento ritual que unirá la blanca lana y la recia madera de los palos en un casamiento fuerte que transmitirá vida y movimiento a los pasos. La faja, símbolo del esfuerzo y la tenacidad para superar las dificultades y llevar a nuestros Cristos y Vírgenes con el derroche físico que ello demanda. El pañuelo recogiendo el sudor, fruto de la entrega y del trabajo bien hecho. Los pies abiertos en un guiño a los recursos artísticos, al mecío de la tierra con el pie izquierdo por delante y el vaivén marinero imprimido a los pasos.
En resumen, no se trata de un monumento narcisista, sino de justo reconocimiento de una realidad característica de La Isla cual es su estilo propio de carga y reconocimiento a los hombres que lo hicieron y lo hacen posible.
Y falta por descubrir la leyenda que en una placa a los pies del cargador relatará y completará al monumento. Pero es mejor que el texto lo lean delante de la escultura, con detenimiento, a partir de su inauguración. La leyenda será otro guiño, un pequeño homenaje a una persona, amante de nuestra Semana Santa y que ya no está con nosotros.
Estimado cofrade: las cifras alcanzadas hasta este momento en los 'me gustas' y 'share' son elocuentes. Como también resulta 'elocuente' el contenido de tus argumentos. Enhorabuena y Felicidades. Recibe un cordial y afectuoso saludo.
Muchas gracias, Jose María. Comentarios como el tuyo ayudan a continuar divulgando nuestras pequeñas historias. Por cierto, al igual que tú lo haces con tus artículos.
Saludos cordiales.
San Fernando necesitaba este tipo de publicacion digital , espero que sea independiente , popular y nos acerque a todos.