Ángel en su estudio.

El académico isleño pone de relieve la necesidad de una mejor conservación para las piezas de la pinacoteca.

"Devolver el arte de la pintura al lugar que le corresponde", es decir, a la altura de las artes escénicas o la literatura, que tanta presencia están logrando en La Isla. Es la constante reivindicación que el pintor isleño Ángel Torres Aléu, miembro de la Academia de San Romualdo, lleva haciendo desde hace meses. Muy especialmente, en relación a la pinacoteca que con el paso de los años se ha ido acumulando en el Museo Histórico Municipal cuyas piezas, según Aléu, "ni están expuestas, ni están almacenadas en las condiciones más óptimas".

Es precisamente esto lo que ha motivado al artista para dar la voz de alarma. Amplio conocedor como es de los procedimientos para la conservación de obras de arte, declara que en sus últimas visitas al Museo, algunas obras presentaban "desconchones y preocupantes deterioros a cuenta de la humedad". "Una hora al sol supone diez años menos de vida para un lienzo, pero peores son estos efectos, que ablandan e inflan la cola hasta que se despega".

Tales quejas llegan justo cuando la ciudad se adentra en la celebración del 250 aniversario de su Ayuntamiento, por lo que "no hay mejor momento para devolver al pueblo este legado pictórico que atesora, y sin embargo muy pocos conocen". Reivindica además la idoneidad de organizar un certamen anual serio, "con buenos premios en metálico para atraer grandes talentos, y jurados profesionales que valoren de forma honesta", explica. De hecho, estos concursos no serían ninguna novedad, "cuando yo era adolescente se organizaban anualmente coincidiendo con la festividad del Carmen". El operario de la Constructora Naval, Juan Antonio Aragón, era entonces el encargado de su organización, aunque con el paso del tiempo la iniciativa se diversificó y adoptó otros nombres y fechas. "Primero era el propio artista quien solía quedarse con el cuadro ganador, pero más tarde cogió el Ayuntamiento la costumbre de quedarse con la obra, de ahí que haya tantas" -amén de adquisiciones y donaciones varias-.

El último 'gran evento' celebrado con regularidad con la puesta en valor de la pintura como objeto fue el conocido 'Salón de Otoño', en una de cuyas ediciones Torres Aléu llegaría a exponer su obra 'Hundido'. Un bote medio sumergido entre las aguas de las marismas que por su textura parece salir del cuadro, a juzgar de quienes lo observan con admiración. Dicho título fue un guiño al juego de mesa 'Hundir la flota' e incluye la bandera francesa en uno de los bordes de la embarcación.

"Teníamos la esperanza de que el museo pudiese llegar a ampliarse con el antiguo inmueble del restaurante 'La primera de La Isla'", declara, pero llegue o no a suceder, "es imprescindible que les de el aire a los cuadros, no pueden seguir amontonados". Dichas obras -entre las que se encuentran firmas como la de Ricardo Galán Urréjola o el propio Torres Aléu-, pueden ser la base, de hecho, para "una exposición pictórica anual", propone, aunque aún queda mucho por trabajar al respecto para que esta ciudad vuelva a ser lo que fue.