Estatua ecuestre de Varela.

Según la noticia aparecida en los medios referente a que el jueves se -llevará al pleno municipal- por parte de un partido de los acreditados en el gobierno local, la propuesta de retirar de la Plaza del Rey la estatua de Varela.

Esta noticia no sorprende a nadie y puede que sea la enésima vez a la que se somete a debate la pretendida solicitud para que se retire dicha estatua. Pues se recordará que ya hace diez años, es decir en el 2005, Fernando López Gil, a la sazón portavoz de su partido, presentó la misma propuesta sobre tan controvertida y debatida estatua.

Pero lo cierto y verdad es que la -idea- se debate todavía pese a los años transcurridos y hay algo en el fondo de la cuestión, para que Varela se resista y continúe allí todavía.

Es cierto también que la memoria histórica desde hace ocho años contempla silenciar todos los símbolos que hagan referencias a la contienda nacional. Pero no es éste precisamente el motivo de que Varela esté presente en la Plaza, como se empeñan algunos.

Varela está en la Plaza porque forma parte de la historia de nuestra ciudad, por ser un ciudadano isleño, que como militar le tocó vivir aquellos acontecimientos, tal vez contrario a su pensamiento y se destacó por sus méritos y valentía en los conflictos de Marruecos, donde alcanzó dos laureadas.

La estatua en cuestión no fue idea de las autoridades de la época, sino que obedece a una solicitud de sus propios paisanos, quienes además -la costearon- mediante una suscripción popular para homenajear ‘exclusivamente su valor’. Y remito al lector a mi artículo, El ciudadano José Enrique Varela Iglesias, publicado en este mismo diario el 21 de julio del pasado año, donde se amplía y se documenta razonadamente esta cuestión.

La memoria histórica sí. Y no se sabe lo que deparará el citado pleno. Pero hay otra memoria no menos histórica, que también recogerá y colocará en su lugar acertado o no, a ‘los responsables’  del devenir futuro de la estatua de Varela.