El Museo sigue los pasos del Archivo y la Biblioteca Lobo y se prepara para abandonar sus instalaciones
El gobierno trasladará a este inmueble las oficinas municipales en lugar de esperar a que finalice la obra del Ayuntamiento. Los fondos artísticos y arqueológicos serán temporalmente reubicados hasta la adecuación del Castillo de San Romualdo, un proyecto sin fecha definida.
La información ha ido llegando con cuentagotas. En realidad no figuraba en ningún programa electoral. Sí en cambio las dos causas directas defendidas por los partidos que conforman el actual gobierno municipal PSOE-PA y que respondían, por un lado, a la adecuación del Castillo de San Romualdo como 'gran museo de la ciudad' dentro de ese eje cultural que ambos plantean para hacer de ésta una ciudad más atractiva desde la perspectiva turística, y, por otro, la unificación de todos los grupos municipales en un mismo espacio a objeto de facilitar su logística. También se daba cuenta en los referidos planes de la firme intención de acometer -por fin- la obra de la Casa Consistorial para que las distintas delegaciones y, por supuesto, la alcaldía, recuperasen su lugar natural tras varios años en locales alquilados.
Lo que muchos no imaginaban es que, para el gobierno de Patricia Cavada, resultaría prioritario habilitar una 'estación' intermedia que acogiese la Alcaldía-Presidencia, así como el área de Desarrollo Sostenible y los referidos grupos, antes de que estos se trasladen de forma definitiva al Consistorio una vez rehabilitado. Tampoco, que el inmueble destinado a tal efecto fuese el actual Museo Municipal, cuyas dependencias y contenidos se verán obligados, a su vez, a distribuirse por otros emplazamientos -también temporales- mientras se adecua convenientemente el Castillo de San Romualdo. Cabe recordar, a este respecto, que aunque la fortaleza medieval está prácticamente a punto de abrir sus puertas con todas las garantías de seguridad -algo que pasaron por alto los populares semanas antes de las elecciones- , ésta requerirá de nuevos plazos e inversiones hasta reunir todos los requisitos que la conviertan en Museo.
'Participación ciudadana'
El proyecto se ha ido fraguando con suma discreción durante los últimos meses. Tanto es así que no figuró como opción a priorizar entre los sonados 'presupuestos participativos' celebrados en octubre y noviembre de 2015. Sí se incluía, en cambio, el proyecto de musealización de San Romualdo, pero sin concretar el hecho de que, con independencia de las votaciones, el traslado de la alcaldía al actual edificio de la calle Real era ya algo inamovible. Si alguien pasó por alto este punto por preferir otro tipo de uso para el Castillo, o simplemente por estar conforme con el espacio que el Museo ha venido ocupando desde su inauguración en 1996, no debió hacerlo desde la tranquilidad de que todo seguiría como hasta el momento. El estudio de los presupuestos para su traslado estaba ya en marcha, y, aunque según fuentes oficiales, el procedimiento se ha llevado a cabo bajo la supervisión de los técnicos municipales, este medio no tiene constancia de sus testimonios.
La arbitrariedad con la que parecen haberse tomado estas medidas ha suscitado críticas entre colectivos de defensa de la Cultura y el Patrimonio. Uno de los reproches gira, precisamente, en torno al 'tiovivo' de mudanzas provisionales que se avecina con estos cambios, máxime teniendo en cuenta que la intención del gobierno pasa por tener a punto el Consistorio antes de la conclusión del mandato. Dichos traslados -y desmontaje- supondrán además un desembolso importante para las arcas públicas. Gastos que pretenden compensarse, en parte, con el consecuente ahorro de alquileres.
Críticas e incertidumbre
Algunos especialistas tampoco tienen clara la idoneidad de los nuevos espacios, empezando por el Castillo de San Romualdo, cuyo proceso de restauración fue iniciado hace años por Partido Andalucista sin un proyecto de uso claro. Es como empezar la casa por el tejado, según explican, con el agravante de ser finalmente designado para un cometido complejo por todo lo que implica en materia de temperatura, humedad, almacenes y salas de trabajo, tanto o más importantes que las vitrinas expositivas. Esto no figura entre los proyectos preferidos por los isleños que votaron hace tres meses. De momento se procederá al desglose de los contenidos en dos edificios distintos. Los fondos en depósito viajarán hasta el antiguo colegio Padre Franco sobre el que, según Cavada, se han ejecutado obras de adecuación que lo hacen más apropiado, incluso, que el lugar que han venido ocupando en los sótanos del Museo. Un inmueble antiguo, sin embargo, y alejado del antaño Centro de Interpretación del Parlamentarismo. Este último -ocupado por la empresa de seguros DKV durante el mandato de Loaiza- es el lugar designado para albergar la parte visitable, o más bien, parte de lo visitable hasta ahora en el Museo, pues no se incluyen los hornos púnicos y fenicios; piezas características y de mayor envergadura con las que cuenta desde su fundación y en las que en su día tuvieron mucho que ver las manos del isleño Juan Montero Busto, quien tilda esta decisión de "completa locura". "Yo trasladé y reconstruí los hornos pieza a pieza, empleando para ello materiales de la zona y sé mejor que nadie lo delicados que son", declara.
Todo ello hace que muchos no comprendan y censuren la negativa del gobierno municipal a esperar que el Castillo de San Romualdo pueda acoger dignamente el Museo Histórico para así trasladar las oficinas municipales al inmueble de la calle Real. O bien -por qué no- a que la puesta a punto de la Casa Consistorial permita instalarlas directamente en su lugar de origen. Teniendo en cuenta que tanto el Archivo como la Biblioteca Lobo llevan más de una década almacenados "temporalmente" en precario -algo que Patricia Cavada y su equipo criticaron hasta la saciedad durante su rol en la oposición-, no dejan de resultar lógicas las reticencias hacia este puzzle de soluciones que, a priori, se presentan también como temporales.