Hoy todo el mundo sabe quién es “Juan” y está al tanto de la última filosófica letra de J.C. Aragón; sabe de renovación de Bienvenido, sabe de líos Carapapas. Algunos, incluso llegan a defender el 3x4 y los más osados hasta hablan de falsetas de tango.

Pero hace unas décadas, en esta ciudad de capillitas y galones, la palabra “Carnavalero” era sinónimo de bajunerío. Salir en agrupaciones era para gente de las “callijuelas”, gustarte el carnaval era para gente del “pueblo de al lao”. La Cultura estaba rodeada de incienso y de “cultos” y el mamarracho rodeado de papelillos y serpentinas. Muchos de ellos ajenos -ya ves lo que leían- a que desde 1978 con “Los Dedócratas” incorporan a la clase Universitaria a la Fiesta de las Coplas.

Por eso va el homenaje a aquellos hombres que desde sus Peñas, Agrupaciones y Corporaciones lucharon por el Carnaval contra vientos y mareas en una sociedad “estirada” y felizmente superada. Curiosamente en aquellos años la Isla era un puntal en Teatro Falla. Hombres como Luís de Celis, Alfredo Díaz-San Ignacio o Vera Bustamante, que llenaron las calles de la Isla papelillos. Lucharon por tener un Carrusel de Coros en condiciones, se llegó a contar con los primeros premios de Cádiz y recuerdo que en la Gran Vía estaba cantando Julio Pardo y la gente ni los escuchaba, estaban estirándose.

Ese año fue un Gran Carrusel, por La Plaza y calles adyacentes hasta la Plaza de los Melones, dando de comer al que paga impuestos todo el año. Ahora parece que el Carrusel es una excusa para poner mostradores, ¿habrá sitio menos Carnavalero y feo que el Parque de los Patos?

Por eso va el homenaje a los que hicieron grande a la Isla en el Carnaval, Requeté -que hizo himno su estribillo para los restos- trajo de San Fernando agrupaciones míticas que llevaron su sello, el sello del mítico José Ramos “Requeté” como la gran comparsa “Camarones de la Isla” y en años sucesivos “La Sal de mi Tierra”, “Almas Alegres” o “Recordando a Chevalier” y “Los Buenaventura”.

Pero el gran José fue también un gran chirigotero y dejó grato recuerdo con “El Profesor Majareta y los Niños Probetas” (¡Qué bonito, qué bonito..!), “Paco Sandía y los Zagales jartos de garbanzos” o “El Pelotón Chiflado”.

Época en que los primeros premios eran isleños -”Vendimiadores Andaluces” de “Requeté” lo fue- y sus míticos “Celtas Cortos” en gran disputa con “Los Pollitos Mi Compare” de Juan Rivero que fue segundo premio.

Años en que casi desaparecido en Cádiz, el gran Moi -José M. Bravo- y Domingo Cárdeno relanzaron a cotas altísimas el Romancero. Personajes populares y “sembraos” como el “Maspapas”, Juan “El Gallina” o el “Chincho. Grandes Directores como Amedey e intérpretes como el “Bello” el “Caramelo” o Fernandito “Shuster”

Hombres como José Alconchel Lucas con sus chirigotas de arte “Los Zipi Zape”, “Los Mosquitos de Canillas” o “Los Antiguos Boticarios”, o como el prolífico Juan Rivero y su inseparable “Maspapas” que dieron grandes laureadas al carnaval Isleño como las Danzarinas Locas. Junto con los Coros de Mora, Melero y Montiel.

El gran “Quini” que sacó desde aquí el recordado coro “los Caballeros de la Noche”. La mítica comparsa Conileña “Claveles” con autoría isleña del olvidado Antonio Bonet. O Antonio de la Cruz, hombres que sobrevivieron a un período ingrato y que mantuvieron la esencia Cañaílla en el Carnaval.

Por eso el homenaje a todas esas personas que ahora no se recuerdan, ahora que todo el mundo sabe de Carnaval, incluso los que en los 80 lo denostaban, ahora que todo es culto y mediático, el homenaje a esos hombres que no “agacharon” la cabeza cuando tiraban flechas...