Publicado el: Jue, 24 Dic, 2015
Opinión

Rescatar la Navidad

La gran familia_Vuelve la Navidad como cada año, y es obligado el debate, ¿tradición o negocio? Ahí parece estar el dilema, pero en realidad no es así. Es una costumbre muy española echar la culpa a otro cuando perdemos algo, como las llaves o el móvil, y corremos a señalar que alguien debió cogerlo y cambiarlo de sitio, con la Navidad nos pasa algo parecido. Pero no es cierto que nos las hayan cambiado de sitio -porque sigue siendo diciembre- ni que el capitalismo la haya convertido en un negocio. El problema es que hemos olvidado celebrarla, o al menos cómo se celebra. Hemos olvidado qué es la navidad.

Y no es raro, pese a que las grandes marcas nos lo recuerdan cada año con magníficos anuncios de los que somos incapaces de ver más que el producto en sí, es el gran secreto de la publicidad, parecer una cosa para vender otra, pero a lo que iba. Para celebrar la Navidad, como cualquier otra fiesta, local, nacional o internacional –que también van por moda, como hallooween- lo primero es saber cómo se hace. Me refiero a que rituales seguir, cuales son las costumbre típicas de la festividad, y repetirlas, tal cual. ¿Cómo se puede celebrar Carnaval sin disfrazarse? Imposible, simplemente no se puede, no sería Carnaval. Pues lo mismo pasa con la Navidad. El problema de esta fiesta es que hemos cambiado sus costumbres, sus rituales, y así es imposible. Lógico que ya nada se parezca a lo de antes, que los mayores añoren aquellas Navidades pasadas y que los no tan jóvenes pensemos que la Navidad de hoy es sólo un gran suvenir de aquella hermosa fiesta de nuestra infancia. Y es que Navidad suena a antiguo, a familia, a pavo y polvorones, a uvas y champán, a villancicos a ritmo de panderetas; y hemos pensado que estaba todo rancio, que era mejor cambiar el menú por algo más moderno, la casa de la abuela por el salón de hotel americano, y en vez de uvas y champán con el ruido de fondo de los villancicos y las panderetas, un gran cotillón, y mucho ron y whisky y un vestido caro y una buena cogorza de garrafón que te deje una resaca de la que presumir en instagram a tus amigos. Y claro, esto no es Navidad.

Así que para los nostálgicos y todos aquellos que gusten de celebrar la Navidad y pasarlo en grande, disfrutando de los momentos mágicos y únicos propios de esta fiesta, os recomiendo que pongáis el árbol, los adornos, que compréis un buen pavo y una caja de polvorones de Estepa o de Medina, más el turrón; de chocolate, duro y blando -y algunos mazapanes que tan bien adornan la mesa-, que habléis con la abuela por si aún tiene la mesa grande, que busquéis las viejas panderetas con dibujitos de pastores y la botella de anís, el vino, el jamón, y que os preparéis para una buena noche cantando villancicos hasta bien entrada la madrugada. Seguro que para año nuevo le pedís unas Navidades tan buenas como estas.

Pablo López León

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