"Las mujeres somos como las magnolias, resistentes al viento sin perder un ápice de nuestro aroma"
Ayer concluyó el curso de la Fundación de la Mujer con la entrega de premios de su certamen literario anual.
María del Carmen Orcero Domínguez y Josela Maturana fueron las acompañantes de la delegada de Igualdad y Políticas Sociales Ana Lorenzo durante la clausura del curso de la Fundación de la Mujer. Ambas, escritoras, disertaron sobre el rol femenino en el mundo de la literatura aprovechando la entrega de premios del certamen de relatos organizado cada año por esta concejalía, el segundo de los cuales corrió a cargo de la Diputación Provincial.
Así pues, tras la lectura del fallo de un jurado compuesto por las referidas escritoras y Elena Herrera, experta en temas de igualdad, Lorenzo leyó las cartas de agradecimiento enviadas al Ayuntamiento por ambos premiados: José Ángel Corral, de La Coruña, por su relato La estrategia de los estorninos y Eva Barro con Gratitud. Fue el momento de dar paso a sus dos invitadas, referentes ambas de distintas generaciones literarias isleñas que protagonizaron la tertulia 'Mi experiencia', especialmente destinada a compartir con los asistentes su visión sobre la figura de la mujer como escritora o el tan controvertido tema de la igualdad de oportunidades, entre otros. Maturana sabe de esto, pues no en vano cuenta con una amplísima trayectoria de publicaciones y premios a lo largo de su trayectoria profesional. Licenciada en Filosofía y Letras y profesora en el Centro de Eduación Permanente 'María Zambrano' de esta ciudad, lo ha demostrado en obras como su primer libro de prosa, El rapto de las sabinas (1997), donde denuncia el analfabetismo en la mujer como "un dolor íntimo y social".
Tras la lectura de su discurso fue el momento de que María del Carmen Orcero, licenciada en Historia y experta en patrimonio archivístico y documental, además de autora, compartiera sus vivencias literarias tan en sintonía con el espíritu de autosuperación de muchas mujeres. "No es que yo escriba solo para ellas, pero cierto es que los temas que abordo suelen interesarles más, se sienten identificadas", explica Orcero, que durante su intervención a modo de coloquio recordó dos de sus relatos premiados, el primero -precisamente en una edición anterior de este mismo certamen- sobre los métodos de su abuela para que los nietos no se dieran cuenta de que no sabía leer, el otro, inspirado en una de sus tías cuando se vio obligada a abandonar el país. Si bien las obras que resultaron más familiares a los presentes fueron sus dos novelas publicadas: A la sombra de los tamarindos y El suave olor de las magnolias, ambas protagonizadas por mujeres fuertes que luchan contra las adversidades del destino. Y es que tal y como plantea el mensaje de este último título -reveló-: "somos como las magnolias, resistentes a los vientos sin perder un ápice de nuestro aroma".