Espectáculo natural en la playa de Camposoto
La energía de las olas hizo cubrir los senderos peatonales de la última pista hasta la carretera.
Andrés Barba Prián, uno de los responsables de 'Islakayak' estuvo presente. Las previsiones meteorológicas habían anunciado que algo especial estaba por suceder. Según explica a El Castillo de San Fernando "no era tanto la dimensión de las olas como la fuerza con la que estas se estrellaban contra la costa".
Tal es así que cuando lo habitual es encontrar en Camposoto olas de entre 20 y 40 kilojulios, o como máximo, de entre 100 y 200 -ideales para quienes practiquen actividades acuáticas-, en este caso llegaron a superar los 3.o00 "A finales de este verano hubo un día con 400 de olas, y eso atrajo a gente de Extremadura y otras comunidades, pero la experiencia de ayer dejó a aquella en pañales", indica Barba, para quien este fenómeno no tiene nada que ver con las mareas. Este año -comenta- "la marea más alta ha llegado a los 116 grados, mientras que el año anterior hubo uno más". Sin embargo ayer estaba a 70, "algo muy normal", por lo que este fenómeno pueden deberse a viento del suroeste o a coletazos de temporales procedentes del Atlántico.
Recuerda cómo disfrutó la gente del espectáculo porque "los salpicones alcanzaban más altura que las olas en sí". Estas podían alcanzar los dos metros y medio pero llegaron con tanta energía que superaron incluso a las grandes dunas protegidas de la última pista. Estas olas, siete u ocho veces más potente de lo normal, hicieron hundirse los puentes peatonales al desbordar el caño y llegaron a la carreta de la playa.