Capacidad
Vidas que siempre miramos tras un cristal. Desde este lado nada nos afecta, todo es un problema ajeno, una situación que no nos tocará aceptar. Ponemos de nuestra parte para que todo vaya bien, sin darnos cuenta de que nada de lo que tenga que pasar dejará de modificar nuestro bienestar.
Miradas que relatan historias que no queremos oír; que tienen el valor de levantarse para contarnos que, a pesar de todo, siempre se puede ser feliz. Predicamos con el ejemplo de hacer de cada muro un nuevo puente por el que avanzar, sin embargo, no siempre nos planteamos hasta dónde seríamos capaces de cruzar.
No hay más valores en la vida que el de saber hacerlos realidad y no, tan sólo, un montón de teorías que nunca se practicarán. Sintiendo que luchamos por nuestros sueños cuando lo único que debemos hacer es convertirlos en realidad; mientras, otros tienen que superar nuestras barreras y todas aquellas que les supone su discapacidad...
Eso he creído ver hoy... Sin embargo, en mi reflexión sobre todos estos sentimientos, me doy cuenta de que tan sólo la humildad nos hace valientes para luchar. Por eso, no siento que una discapacidad sea no ver, oír, poder caminar o pensar como los demás; para mí, y desde hoy, la discapacidad es la etiqueta hecha para aquellos que no tienen valor, coraje, ni perdón; para aquellas personas que teniendo el mundo entero a sus pies, miran al cielo pidiendo algo que no merece la pena tener; para los que imploran una vida que no les corresponde sentir, unas ilusiones que no dan sentido a su vivir...
Capacidad...la capacidad que tiene valor, es la de aquellos que, teniendo o no motivos, siguen adelante porque saben que es el único sentido; se levantan sin poder andar, miran la vida sin ver y escuchan a su corazón sabiendo que no hay más que oír que los latidos de su sentir; capacidad, la de tantas personas que serán eternamente niños, tal vez porque en otras vidas se les privó de este placer, la de sus seres queridos para aceptar que jamás los verán crecer; capacidad, la de tantas familias que, en vez de desfallecer, madrugan junto con el sueño de ver a sus hijos sonreír, disfrutar y valorar todo aquello que sus sentidos, en la medida de cada posibilidad, les capacitan para dar cada día un poco más.
Capacidad es lo que todos deberíamos tener para comprender que la vida no sería lo mismo sin todo aquello que hoy no valoramos tener; para saber que los demás no son menos porque no se parezcan a nuestro reflejo; que no existe nadie que no sea igual, pero que a su vez, no tenga algo que nos pueda diferenciar... Capacidad es lo que pido al Universo para esta Navidad y toda la eternidad; soñando con que sea capaz de mover sus hilos y haga con ellos nubes de algodón para quienes necesiten descansar; ojos de seda para poder seguir viendo el amor llegar; cuerpos de hierro para que no haya tempestades que los puedan derrumbar; y mentes que no funcionen si no es para aprender a volar.
Para todos deseo la única capacidad que nos puede ayudar...la de Amar por encima de cualquier discapacidad.