'El Lebrijano', hoy en la Venta de Vargas.

'El Lebrijano' recibió esta mañana el IV premio 'Leyenda del Flamenco'.

Esta mañana concluía la semana dedicada al Flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial según la UNESCO, con la entrega del premio 'Leyenda del Flamenco' a Juan Peña 'El Lebrijano'. Un galardón promovido por la entidad isleña Flamenco de La Isla y Venta de Vargas que acaba de cumplir su cuarta edición, quizá, la más emotiva de todas a tenor de las palabras pronunciadas por el propio Peña durante el acto.

Son muchos los vecinos isleños enamorados del Flamenco que han acudido hoy al mediodía a la Venta de Vargas, junto a otros de fuera, especialmente de la ciudad de Lebrija y sus famosas peñas, así como autoridades civiles entre las que se encontraban el primer teniente de Alcaldía Fran Romero y los ediles Juanjo Carrera, Antonio Rojas y Mar Suárez.

Ha sido la propia alcaldesa, Patricia Cavada, quien ha tenido el honor de hacer entrega de este simbólico premio a Juan Peña, después de una breve introducción musical por Carolina Castilla y Juan Manuel Ferdández a la guitarra, así como de las palabras de Lolo Picardo, gerente de la Venta de Vargas. Éste hizo un repaso a todas y cada una de las ediciones anteriores y a sus respectivos protagonistas -Alonso Núñez 'Rancapino', Antonio Fernández 'Fosforit0' y Francisco Cepero- antes de dar paso al periodista Antonio Atienza para que comenzara con la parte más entrañable del acto.

Atienza, paisano de El Lebrijano y amigo suyo desde hace muchos años, ha pronunciado un evocador homenaje biográfico y profesional sobre el destinatario del premio, quien aseguró: "me falta un centímetro para llorar de la emoción".

'El Lebrijano' es un cantaor flamenco que ha mamado el arte por los cuatro costados. Nació en el año 1941 dentro de una conocida familia del gremio, los ‘Perrate de Utrera’. Su triunfo en el Concurso de Mairena del Alcor fue lo que, con apenas 23 años, le hizo centrarse en el cante, pues hasta ese momento había trabajado la guitarra. Se caracteriza por un particular ‘timbre gitano’ y una cultura flamenca que le ha llevado a tocar con maestría casi todos los palos, respetando el cante jondo pero, al mismo tiempo, valorando la innovación perceptible en cada uno de sus trabajos.

El acto, que ha durado alrededor de los tres cuartos de hora, ha sido cerrado por la propia Carolina Castilla con broche y voz de oro.