¿Cuánto ha cambiado la política en estos años?
La política actual se ha degenerado hasta tal punto que lo que está en el centro del tablero son siglas y nombres, y no propuestas ni programa político, es decir, la política ya no es lo importante en la política, una imagen vale más que mil palabras. Los partidos políticos parecen diluirse en un panorama donde lo importante es el candidato a la Presidencia del Gobierno. Esto sería lógico o aceptable en un sistema presidencialista, donde se elige directamente mediante sufragio al candidato y no al partido o la propuesta. Pero en el caso de España, donde nos regulamos por un sistema parlamentarista, según la Constitución de 1978, carece de sentido.
Por otra parte, los candidatos que se presentan a dicha posición, parecen creados a medida de la situación. Son candidatos impecables en presencia y palabra. Ninguno de ellos tiene un pasado cuestionable, podríamos decir que representan el tópico de “yo entré en política para mejorar la vida de los ciudadanos y no por beneficio propio, podría haber trabajado en cualquier otra cosa”. Yo creo en la paradoja que representa esto, como en Estados Unidos, donde los candidatos, antes de ser elegidos como tal, dicen que nunca se presentarán como tales, que prefieren seguir siendo senadores o gobernadores en su respectivo territorio. Una forma de enmascarar los verdaderos fines u objetivos de dicha persona.
Es importante cuestionar si la política ha dejado de hacerse en los parlamentos y ha pasado a los platós de televisión. ¿Puede ser esto lo que denominan “la nueva política”? Si lo es, no me agrada en absoluto. Sí que es cierto, que después de tener como Presidente del Gobierno a políticos que se ocultaban tras un plasma o no aparecían para dar explicaciones, la gran pantalla es un espacio necesario para expresar las líneas políticas del Gobierno o del Partido. Pero en mi opinión, no me gusta mucho lo que se puede encontrar sobre política en televisión. Los programas que tratan de asuntos tan serios como la economía o la política en general se han degenerado en shows televisivos que parecen concursos con cronómetro, polémica y tertulianos ignominiosos.
Lo que más me preocupa es el mensaje que se da a la audiencia, el público y la ciudadanía en general. Como dijo el profesor Manuel Blanco, en un seminario en la Universidad Pablo Olavide, en 2012-2013 las calles de Burgos y de medio país estaban ardiendo por las huelgas, las manifestaciones y la lucha obrera. A día de hoy, nada de eso existe. Una de las causas que pueden explicar este suceso es la aparición de “los partidos emergentes”. Y volviendo varios párrafos atrás, si los candidatos son construidos a medida, ¿pueden construirse partidos políticos a medida?
En mi opinión, todo es posible. La aparición de partidos que nacen como radicales o de extrema ideología, como pueden ser Podemos o Ciudadanos, y tras atraer a la mayor parte de la población moderan su lenguaje, su pose, su ideología y su programa, es una estrategia demasiado estructurada para ser espontánea.
Yo baso mi argumento en dos problemas: la ignorancia política y el show televisivo. Puede que ambas vayan de la mano en favor de algunos intereses que desconocemos. ¿Habrá acabado “la nueva política” con lo que se considera “vieja política”? ¿Será irreversible dicho proceso? Espero que no. Aunque quedan pocas esperanzas de que la política vuelva a ser algo sólido, importante y con carácter.