75 años de historia en azulino, charla de Antonio Marín en la sede del Museo del San Fernando CD
No es fácil repasar 75 años de historia en un tiempo aproximado de una hora. Tampoco tiene que serlo sintetizar tantos instantes y saber cuáles de ellos elegir. Pero todo lo consiguió Antonio Marín para encandilar al público que acudió a la conferencia por el 75 aniversario del club el pasado viernes en la sede del Museo del San Fernando. Acompañado por el presidente Daniel Luna, los ex jugadores Carrasco y Mendi y autoridades municipales, Marín resaltó seis momentos claves que comenzaban con el origen del club.
Y de esta manera comenzó, con la fusión que se produjo el 23 de septiembre del Atlético San Fernando, CD Arsenal y San Fernando FC dando lugar al CD Once Diablos, que posteriormente pasaría a ser Club Deportivo San Fernando. Un lustro después de su nacimiento, en la temporada disputada entre 1945 y 1946, el conjunto isleño daba el salto a Tercera División, primera vez que disputaría categoría nacional. Una temporada de la que destacaba el ponente el campeonato provincial de Cádiz y una eliminatoria a tres partidos frente al Calavera sevillano que llevaba al San Fernando a la consecución del ascenso. Después de vencer a domicilio y perder en Madariaga, la promoción se decidía en Jerez bajo la firma de Ruíz, autor de los dos tantos que firmaron la trascendental victoria por dos goles a uno.
El estreno en la nueva categoría finalizó de la mejor manera posible, con triunfo 3-2 ante el Atlético Tetuán en un choque del que Marín pudo constatar a través de la prensa de la época que se vendieron 3.640 entradas y por el que se recaudaron 21.516 pesetas.
Sería uno de los hitos en la vida del conjunto azulino, como también lo fue la temporada 53-54, la que el que fuera jefe de prensa del club calificaba como el momento más importante de la historia del San Fernando, el del ascenso a Segunda División. Con Antonio Molinos en el banquillo y Ángel Baleato presidiendo la entidad, el equipo completaba una temporada de ensueño con el segundo puesto en Tercera y ganando en liguilla de ascenso a Murcia, Cacereño, Melilla y Orihuela.
Resaltaba Marín las abrumadoras estadísticas que el club firmó durante aquella campaña, números propios de un ciclo tan importante como el que se abriría en el 54 y que se alargaría durante un decenio. Logró 20 victorias en temporada regular, más otras cinco en fase de ascenso, anotó 141 goles y en once partidos la diferencia fue de cinco tantos por encima del rival. Fue una temporada de nombres para el recuerdo, como el de Uribarren que consiguió 39 dianas, Chispa que hizo 21 o Ayala que marcó 25. Una temporada marcada también por la intensidad en la rivalidad con el Cádiz, ya que ambos equipos se jugaban el segundo puesto y el ascenso, y así lo relató: “Necesitábamos un empate en Granada y lo conseguimos. El Cádiz necesitaba que el San Fernando perdiera y tenía que ganar por el máximo número de goles. Ganó 13-0, pero no le sirvió porque ascendió el San Fernando”.
Ya evocando las temporadas en Segunda División, resaltaban los choques ante equipos de la talla de Betis, Rayo Vallecano, UD Las Palmas, Málaga o Granada, que formaron parte de los 312 partidos que el club isleño disputaría en la categoría de plata del fútbol español. Fue el conjunto nazarí el primero en pisar Madariaga en el debut del San Fernando en Segunda, que acabó con victoria visitante 0-3. La segunda jornada también finalizó con derrota, aunque Chispa logró el primer gol del equipo en dicha división. La victoria se hizo esperar hasta la quinta jornada de liga, cuando se venció 3-2 al España de Tánger como local.
Y si años atrás se había ascendido por encima del club cadista, el nombre del conjunto amarillo volvía aparecer como el del rival al que más veces se enfrentó el San Fernando en Segunda División. En una de aquellas ocasiones, con importante goleada. Corría la temporada 59-60 cuando el CD San Fernando logró imponerse 5-0 al Cádiz, una ‘manita’ que, comentaba Marín, “escoció muchísimo en la capital y sirvió, incluso, de cachondeíto en el Carnaval”. Tanto fue así que, a los pocos días, el presidente cadista presentó su dimisión.
Como mejor temporada de la historia del club, Marín destacó la disputada en los años 1957 y 1958, cuando el equipo soñó con el ascenso a Primera División. La plantilla entrenada por José Luis Riera acabó el curso en sexta posición con 36 puntos, a tan solo dos de subir. En lo individual, Nene culminó la campaña logrando el pichichi de la categoría. La aventura en Segunda finalizó en el 64, con el descenso nuevamente a Tercera y despidiéndose con victoria ante el Ceuta en la última jornada, aunque sin posibilidades de permanencia.
También hubo palabras para enfrentamientos ante equipos de élite, como Racing de Santander, Zaragoza y Valencia. Ante cántabros y aragoneses se disputaban las eliminatorias de la Copa del Generalísimo. El primero de ellos, en la 59-60 se acabó desempatando en Vallecas, sede neutral que eligió la Federación Española tras no haberse desequilibrado la balanza en el anterior partido de desempate disputado en el Santiago Bernabéu. El San Fernando ganó al Racing, aunque posteriormente caería eliminado frente al Elche.
Un año más tarde, el conjunto azulino se enfrentaría al Zaragoza, ante el que cayó con contundencia y que llegaría a perder la final contra el FC Barcelona. En aquella temporada, los maños habían dejado en el camino a Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid y Real Madrid.
El partido contra el Valencia pertenecería ya a la Copa del Rey. Este choque lo recuerda Antonio Marín como “un regalo de Reyes”, ya que se disputó el 4 de enero de 1978. Después de eliminar a Almería, Nástic de Tarragona y Osasuna, el San Fernando recibía a un equipo de élite, el Valencia de Mario Kempes y Lobo Diarte, entre otros. “La entrada de tribuna valía 800 pesetas y ganó el San Fernando con un gol de Chicha con el pecho. La prensa destacó el triunfo de un equipo de Tercera sobre un Valencia con todas sus figuras. Allí perdimos y se acabó el sueño de la Copa”, relataba.
Uno de los momentos más emocionantes de la tarde llegó con el recuerdo del ascenso a Segunda B contra el Guadix en la 93-94. Un ascenso que en un principio se antojaba complicado por el mal comienzo del equipo, que llegó a ocupar la última posición de la tabla. “Empezó a remontar y para ello fueron claves Lolo y Pepe Mejías, que fue el máximo goleador. En la liguilla de ascenso no ganábamos en casa pero sí fuera y se llegó a la última jornada ante el Guadix en Bahía Sur”. En ese partido, decía Marín, hubo tres momentos claves: el gol de Lolo, la expulsión de Lolo y algo que pidió que los asistentes a la charla escucharan con atención, la narración del tanto del ascenso en la voz de Joaquín de la Cruz, así como los minutos finales del partido.
El colofón final llegó en forma de homenaje a Antonio Iriondo, al que le mandó un mensaje de ánimo de parte de toda la familia isleña para recuperarse lo antes posible del infarto sufrido y del que quiso recordar los dos ascensos logrados a Segunda B. “No fueron ascensos, fueron iscensos, con la i de Iriondo”.
Gracias por tus palabras hacia mi persona!!!