Los santos copatronos, en la iglesia del Buen Pastor.

Ambas imágenes permanecen junto a la Virgen del Carmen de Gallineras en la iglesia del Buen Pastor.

Las previsiones meteorológicas han fallado. Los actos con motivo de la anual romería del Cerro de los Mártires fueron suspendidos ayer dada la posibilidad de fuertes lluvias que no han caído y los santos copatronos San Servando y San Germán se han tenido que quedar en la iglesia junto a la Virgen del Carmen de Gallineras, que desde hace unos años les acompaña integrada en el cortejo.

El reloj marcaba las 12:00 del mediodía cuando comenzó el rezo del Ángelus y la misa, como viene siendo tradicional, sólo que en esta ocasión el acto no tuvo lugar junto a la ermita donde según la leyenda fueron martirizados los santos. Las tres imágenes permanecieron -aún continúan- en la iglesia del Buen Pastor, donde presidieron dichos actos frente a un nutrido grupo de feligreses que pese a todo no quisieron faltar a esta cita anual, donde hubo cánticos y hasta isleñas vestidas de salineras. Allí seguirán durante el resto del día para todo el que se acerque al barrio y desee contemplarlas de cerca.

La Virgen del Carmen de Gallineras.

Las imágenes de San Servando y San Germán presentan un mal estado de conservación a tenor de las grietas que luce su policromía, ya de por sí muy repintada. Según investigaciones del historiador Fernando Mósig, ambas son en realidad los santos San Crispín y San Crispiniano, patronos de los zapateros, que durante más de medio siglo flanquearon a la Virgen de las Mercedes -imagen que procesionó el pasado 24 de Septiembre- primero en la ermita del Cristo y, posteriormente, en la Iglesia Mayor Parroquial. Entre los siglos XVIII y XIX.

La Virgen del Carmen de Gallineras ha sido la incorporación más reciente a esta festividad. Procesiona cada 16 de julio a través del caño de Sancti Petri hasta llegar al pantalán de la Magdalena, donde la autoridad municipal deposita un ramo de flores a sus pies. Fue tallada por Francisco Cabrera Casanova en 1992 y, en palabras de su autor, "se trata de una obra de inspiración propia, a excepción del niño, libremente basado en el de la Virgen del Rosario que conservan los miembros de la Orden Tercera de Servitas". Su historia fue recogida por este mismo periódico en un completo artículo accesible desde aquí.

No obstante han sido numerosas las familias y grupos de amigos que viendo que se abría el día no han dejado de acudir a la ladera del monte para disfrutar compartiendo nueces, castañas y otros frutos secos de la temporada.