El objetivo es no bajar de la nube
Más allá de los Barça y Madrid, de los siempre presentes Valencia y Atleti y de algunos incipientes como el Villarreal, la Liga suele regalar, en forma de gratas sorpresas, exhibiciones como las que el Celta de Vigo está ofreciendo en el primer tramo de campeonato.
Cuatro años después de su último ascenso a Primera división y con una gradual consolidación en la zona noble de la clasificación, el conjunto gallego aspira en la 2015-2016 a dar un paso más y lograr una plaza que le dé acceso a competiciones europeas. En ese contexto, el club celeste encomendaba al director deportivo Miguel Torrecilla la confección de un plantel competitivo del que saldrían dos piezas claves.
KrohnDehli y Santi Mina, importantes en el esquema de Eduardo Berizzo, ponían rumbo a Sevilla y Valencia. El técnico argentino tendría que afrontar así dos bajas importantes a las que se sumarían las de otros como Charles y Joaquín Larrivey. Para un entrenador caracterizado por la intensidad en el juego y la verticalidad de los hombres de arriba, era necesaria la llegada de un ariete que contara con características parecidas a los dos jugadores de banda, Nolito y Orellana, en lo que a velocidad y precisión se refiere.
Para ello, Torrecilla apostó por Iago Aspas, quien ya fuera héroe en Balaídos. El delantero gallego probó suerte, sin éxito, en Liverpool y su regreso a la liga española de la mano de UnaiEmery no fue el esperado, por la falta de minutos disputados. Junto a él, desembarcaba en el conjunto celeste una de las obsesiones del director deportivo, como ya reconociera en su presentación, el sueco John Guidetti.
El tridente ofensivo ha ganado especial relevancia gracias, también, a la incorporación del danés Daniel Wass, cuyo traspaso desde el Evian francés se antojaba complicado por las ofertas que llegaban desde el propio país galo, Inglaterra e Italia. Sus grandes actuaciones en lo que llevamos de campaña, cuyo punto álgido lo alcanzó en la goleada ante el Barcelona, han propiciado que MortenOlsen le dé la vitola de titular en el combinado nacional nórdico, que tendrá que jugarse su presencia en la Eurocopa ante Suecia en la repesca.
Queda mucho por delante, demasiado todavía para afirmar que el Celta será uno de los equipos a batir de aquí a final de temporada, pero su condición de invicto en las 8 primeras jornadas y haber igualado su mejor inicio liguero 74 años después añaden a los de Berizzo un objetivo más allá del marcado a principios de Liga. De momento, vuelan en la clasificación. Su tarea, ahora, es no bajar de la nube.