No fue ayer
Escuché muchas veces, cuando era pequeña, decir a los mayores la frase "parece que fue ayer cuando..."; tardé muy poco en saber lo que significaba. Los años pasan tan rápidos que a veces dan ganas de pulsar la tecla de "pausa", sin embargo, cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que no es posible. Podemos revivir los momentos e incluso sentirlos, pero jamás podremos volver a estar allí.
La cuestión es que, al principio, sí que me parecía ser ayer cuando jugaba con mi hermano en la calle y nos tirábamos por todas las cuestas posibles con los patines; cuando mi madre me despertaba para irnos a tomar una "tapita" los sábados a medio día; cuando papá nos llevaba a la playa; o mis tíos y mi abuela nos hacían disfrutar de todos los segundos a su lado. Si bien, no es eso lo que siento ahora.
Hace unos días volví a recordar mi infancia y ahora no puedo decir que me parezca que fue ayer. Lo siento con la misma intensidad y nostalgia, con la misma añoranza y felicidad, pero en mi interior siento que han pasado muchos años. De hecho ha sido así. El tiempo ha pasado y es tan largo su recorrido que ni siquiera puedo reconocerme en esa niña. He crecido. No sólo mi cuerpo es mayor, sino también mi alma. Hoy, nada es como ayer.
De pequeña tuve tantas dudas sobre la vida que, durante unos años, pensé que no sería capaz de vivir con todas ellas, que no encontraría la forma de darles respuesta y que tendría que dejar la felicidad para la siguiente oportunidad que la eternidad me diese. A pesar de esto, un día sentí que tenía que seguir, que más adelante encontraría la solución de todas las incógnitas y, milagrosamente, así fue.
Hay cosas del ayer que desearía volver a revivir, pero mi hoy no lo cambio por nada. Porque todos los ayeres se han convertido en lo que soy, en lo que poseo, en lo que siento. Nada de lo vivido ha sido en vano y, precisamente por eso, mi misión es mirar hacia delante, hacia todo lo que aún me queda por conocer, dejando que mi presente sea ese recuerdo de "como si fuese ayer" y, con el tiempo, "ese momento que jamás recuperaré".
Ahora que no somos, en apariencia, tan niños, sigamos disfrutando como cuando lo éramos, en el peor de los caso, como nos hubiese gustado que fuese. Cada día en el que nos despertamos es un nuevo regalo que la vida nos hace para ser más felices de lo que lo fuimos ayer, mucho menos de lo que lo seremos mañana; así, cuando nuestra vida avance, recordemos que no fue ayer, sino que es hoy cuando tenemos la oportunidad de seguir viendo cómo los hilos del Universo hacen de toda nuestra vida la mejor época vivida.
No fue ayer, sino hoy cuando tenemos la oportunidad de creer...
fenomenal. No podemos quedarnos sólo con el ayer ni pensar en lo que vendrá,ya que el ahora se nos irá de la mano sin saber cómo ocurrió.
fenomenal. No podemos quedarnos sólo con el ayer ni pensar en lo que vendrá, ya que el "ahora" se nos irá de la mano sin saber cómo ocurrió.
Es muy cierto... Me encanta el presente y miro con cariño mis fotos de la infancia,pero no cambiaría nada....