Mi suerte
Hoy caminaba regocijándome en mi suerte. Esa suerte que aprendí a crear no hace tanto tiempo, pero que, cada vez más, manejo como si de un divertido juego se tratase. La vida me ha mostrado lo mágica que puede llegar a ser, los milagros que es capaz de mostrar, los sueños que nos puede cumplir.
Para ser felices basta con desear con toda nuestra energía lo que queremos, todo aquello que sabemos que somos, que queremos entregar al mundo. Cuando encuentras tu propio rumbo todo alrededor se presenta como increíbles regalos en cada paso que das. Hay que reconocer quiénes somos para que así el Universo pueda mover sus hilos y entregarnos todo lo necesario para poder desarrollarnos como tales.
Parce difícil, para muchos imposible, pero yo me pregunto ¿qué perdemos en intentarlo? Eso fue lo que yo hice, lo intenté y, poco a poco, el mundo se fue abriendo ante mis ojos, como si cada cosa que pasase a mí alrededor estuviese puesta ahí tan sólo para mí. Las relaciones personales, el mundo laboral y los sueños fluyen ahora en un aura constante de armonía y felicidad.
La clave es tan sólo sonreír a todo lo que nos llega, sea agradable o menos deseado, sea lo que esperábamos o justo lo contrario. Si tenemos claro lo que queremos, todas y cada una de las cosas que acontecen en nuestras vidas serán un paso más para conseguirlo, lo entendamos o no en ese momento. Debemos tener siempre claro qué queremos ser, hacer, alcanzar, compartir y amar y el Universo se encargará de mostrarnos el cómo, de darnos las llaves necesarias para abrir las puertas que nos conducirán, en cada situación, a lo que nos hace vibrar el alma emoción.
Hoy, dentro de mi entusiasmo alguien dijo: "qué suerte tienes, yo también tuve ese sueño, pero a mí ya se me ha pasado el arroz...". Me entristecí en su comentario, pues no creo que tuviese más de cuarenta años. Si todo va bien puede quedarle por vivir más de media vida y...aún así piensa que ya es tarde para ser feliz. No se consiguen los sueños esperando que lleguen al sofá. Hay que salir cada día y disfrutar de lo que las calles nos muestran, lo que la gente nos ofrece y de todo lo que somos capaces de entregarles. Existen señales para continuar con nuestros sueños en cada paso que damos. Yo puedo ser sólo una casualidad en la vida de esa mujer; sin embargo, podría ser también esos minutos que le hagan cambiar de opinión, que le recuerden mis palabras de aliento y finalmente se decida a cumplir sus ilusiones. Ya existen paquetes de arroz que nunca se pasan...
Nadie es responsable de nuestras vidas. Sólo nosotros tenemos la libertad completa para comprender quiénes somos y qué queremos hacer con esta maravillosa oportunidad que se nos ha dado para vivir. Desde hace tiempo y hasta hoy no sé hacer otra cosa que no sea sonreír, soñar, disfrutar y ser feliz...
Piénsalo y no esperes más... ¿Qué sueños quieres alcanzar?