Gonzalo Alías (IU): "O cambiamos el sistema por mayoría social, o retrocedemos 100 años en el tiempo"
Gonzalo Alías, ex-concejal de Izquierda Unida, hace balance de la situación actual de IU-La Isla tras perder su lugar en el Ayuntamiento.
Les costó conseguir su concejal después de mucho batallar, de recomponer una asamblea recompuesta tras una mala época. Una época similar a la que ahora afrontan, aunque con mayor positividad, después de que Gonzalo Alías perdiese el sitio que ha venido ocupando durante el último mandato en el pleno municipal.
Reconoce "cierto amargor" por los resultados a una opción "que sólo pretende proponer cosas para mejorar la ciudad", y su principal objetivo, aplicar el reglamento de participación ciudadana que, según la asamblea de IU, se quedará en el cajón. "Nuestra intención -explica Alías- no era otra que la gente tuviese voz y voto a la hora de participar en política". Y entre los ejemplos prácticos que cita están, por ejemplo, la colocación de paneles informativos en la calle, "en los que puedan anunciarse desde los vecinos que imparten clases particulares hasta conciertos o semanas gastronómicas". El motivo, añade, es que no todo el mundo está informatizado, ni tiene tiempo para navegar en las redes sociales. A pesar de todo "Loaiza nos ninguneó durante todo el mandato a pesar de reconocerlo como valor, antes de conceder a la empresa de transportes la posibilidad de asimilar una pantalla que durante mucho tiempo sólo promocionó a Cádiz capital".
"Todos hablan de estudios universitarios y equipos técnicos, pero yo, que he tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo, doy fe de que este sistema funciona. Y es que, según Alías, no basta con poner la información en la página Web de la Consejería de turno, sino que es necesario acudir a los puntos de inicio ya que, entre las consecuencias negativas que acarrea esta carencia está la de los "escaparates improvisados" en las puertas de los negocios que cierran, "desde luego no es el lugar apropiado".
Del mismo modo, "entendemos que continuarán faltando las mesas sectoriales", afirma, convencido de que el comercio no mejorará si no se parte del aspecto social. "No sólo hablamos de personas emprendedoras, hay mucho trabajo detrás y, hasta el momento, el Ayuntamiento no ha movido ficha en este aspecto". Otra de las vías, concretando, para que los reivindicaciones lleguen del pueblo a las élites políticas
Afirma que desde la asamblea local de IU siempre han querido una ciudad viva, antes que comercial. Esto es, no hacer negocio de la ciudad, sino que ésta tenga entidad y genere un circuito que traiga consigo negocios, comercio, turismo... algo que puede resultar muy teórico pero que Alías ejemplifica atendiendo a uno de los principales activos isleños, el Flamenco. "Nos centramos tanto en potenciar una marca, en este caso Camarón, que olvidamos lo que es en sí este arte, las escuelas, las peñas... es decir, el producto social".
Conscientes de la dificultad que entraña llegar al corazón de la sociedad, proponen adaptarse, buscar el equilibrio con mucha pedagogía, "porque aunque no estamos preparados en todo, sí tenemos la capacidad para entender que podemos hacer cosas entre todos". Esto se extrapola, por ejemplo, al tema presupuestario, ya que "debe ser la propia ciudadanía quien participe de los presupuestos, manejar las cuentas y, en consecuencia, tomar decisiones". Esto es, dice, la llave de la gobernabilidad.
"Desde el momento en que existen trabas para hablar en un pleno, o problemas a la hora de ponerse en contacto con la alcaldía, significa que el sistema no va bien", advierte, en referencia a esa actitud de "cuando tenga tiempo... a ver si te atiendo" que tienen, en ocasiones, los delegados de las distintas áreas. "Desde Izquierda Unida contamos ya con seis alcaldías con mayoría absoluta y los órganos de participación -algo totalmente distinto a lo que hasta ahora se ha dado-, están 100% integrados hasta cuando se decide colocar una rotonda", algo para lo que, explica, es necesaria mucha pedagogía y lograr que la gente lo perciba como un derecho, pero también como una obligación las decisiones que afectan a su ciudad. Algo que implica "mucha mesa y mucha reunión", y recuerda la visita de la actual alcaldesa, Patricia Cavada, a su homónima de París, "como si no hubiese alcaldes del PSOE aquí", afirma.
Otro ejemplo que cita Alías es el proyecto de accesibilidad a la playa, que "se presentó sin previa discusión en la calle". Esta solución partió, según él, del seno de IU, ya que tanto el PP como el PSOE propusieron un alquitranado con relleno que en absoluto se correspondía con el modelo establecido por Ley, "algo que puso de manifiesto el propio director del Parque Natural en junta rectora, y que la actual alcaldesa ha ido asimilando con el tiempo, ateniéndose al sentido común".
Pero... "¿dónde está el discurso político entre los que defienden la construcción de un hotel de cinco estrellas y quienes optan por una playa 100% virgen?", se pregunta, contemplando también la existencia de gente poco preparada cuyo voto pueda inducir a error en las decisiones finales, "para eso están los que tienen conocimientos, que deben proyectar los porqués para que los demás entiendan las diferentes propuestas". No es de recibo, añade, manipular, "¿quién dice que la musealización in situ de los restos de Janer no es compatible con la construcción del parque empresarial?". Ahí es donde a su juicio deben entrar los técnicos, expresar su opinión. Pero sin embargo, existe otra disyuntiva: la libertad -no sólo teórica, sino también práctica- de éstos para verter una opinión sin miedo a sufrir las consecuencias de quienes están por encima.
Un problema que se hace acuciante si quienes se encargan de ejecutar un proyecto son empresas privadas subcontratadas por otras. Alías se declara consciente de este problema, que entiende como consecuencia de la propia trama legislativa desarrollada por los grandes partidos en términos administrativos porque "ni el político tiene su espacio bien definido, ni el funcionario ocupa el lugar clave que le corresponde dentro de la dinámica estatal"
Son las consecuencias de ver mermado el Estado de bienestar en todos sus conceptos, "un Estado que no ha crecido en beneficio de lo social, sino de las grandes empresas" y que puede verse, explica, cuando los supervisores de un hospital público son elegidos a dedo por su director, impuesto, a su vez, por el partido gobernante, "es entonces cuando los funcionarios se apartan, porque tienen miedo a perder, pero, en cualquier caso, siempre será mejor que dejar todo el control en manos privadas".
Desde IU no se conforman con parches, sino que abogan por el cambio total, "tan depredador que hasta pierdes fe en los derechos humanos". "Como las grandes empresas son las que levantan el país, nuestra economía depende de ellas, según la Derecha, pues así estamos", explica al recordar la precariedad en el empleo, la desestabilización de la economía familiar... "o cambiamos el sistema a través de la mayoría social, o retrocedemos cien años en el tiempo".
Qué gran alcalde se ha perdido La Isla este 2015. ¡Mucho ánimo a ti, Gonzalo, y a tu gente!