San Fernando y los tres caminos
Por fin hemos podido leer en los medios con gran satisfacción, que en los presupuestos generales del estado previstos para el próximo año, se contempla una partida para acometer las obras en el entronque de las carreteras que como cuello de botella, paraliza el tráfico y ‘mucho’, en el lugar conocido por ‘Los Tres Caminos’.
La licitación de las obras al parecer, puede producirse ya incluso en los meses venideros. Y por tanto dicha resolución, acabaría definitivamente con los problemas de infraestructuras que tiene la zona desde hace bastantes años.
Pero no sólo se resolverá esta importantísima situación para facilitar la fluidez a las tres vías de accesos de dicho entronque, es decir, a Algeciras, a Sevilla y a Cádiz por San Fernando. Sino que además se añade para beneficio de nuestra ciudad, el acceso de la carretera CA-33 a Fadricas y por extensión a la conexión con la Avenida Cayetano Roldán de nuestra ciudad.
Por eso creo que también ha llegado el momento de reivindicar viejas aspiraciones, anticipándonos antes de iniciarse cualquier tipo de obra o de realizaciones, que no hayan sido contempladas y estudiadas, previa, conveniente y razonablemente.
La desafectación de los polvorines de Fadricas, supuso liberar más de medio millón aproximados de metros cuadrados, que unidos a los que ocupó en su día, la tristemente desaparecida Fábrica de San Carlos (para entendernos La Constructora), darán para ‘mucho’ en dichos terrenos si lo que se haga en ellos, se planifica y se hace ‘bien’ después de tanto tiempo esperándolo.
Pero no es esta la cuestión. La cuestión principal estriba, en qué y en cómo se van a convertir esos terrenos ociosos pendientes de solución. De una solución de acuerdo con las necesidades y con los espacios que posibilita la zona; pensando, mayoritariamente en la riqueza, que pueda generarse en puestos de trabajos y como plataforma productiva en beneficio ‘exclusivo’ de los ciudadanos y de la ciudad.
Porque si fundamentalmente se piensa en construir un gran número de viviendas (de masivos bloques de viviendas) entre las protegidas y libres, como son los rumores que corren, seguramente se hará un flaco favor a la oportunidad que está brindando y ¡clamando a voces! esos terrenos.
Y no es que se tenga que descartar la idea de las viviendas, éstas son naturalmente interesantes, a veces prioritarias y necesarias, y constituyen además el proyecto más fácil de desarrollar. Pero tal vez con moderación y con ¡cuidado! y según para qué tipo de vivienda, porque lo más fácil, se convierte en ocasiones en un verdadero quebradero de cabeza y en un lastre muy difícil de eliminar; basta fijarse en otros ejemplos que ya tenemos consumados en esta Isla de nuestros amores para que no se repitan nunca más.
Y es por eso que debemos fijar toda nuestra atención en el proyecto, pedir mucha cautela y anticiparnos para que esta gran oportunidad, que se le brinda ahora al actual equipo de gobierno y que también la tuvo el saliente en cuanto, a la consecución de esos terrenos y a las previsiones que pudieran realizarse en dicha zona, sean visionadas inteligentemente con medidas firmes y adaptadas al entorno y a sus características con la vista puesta al mar (y en este caso a la bahía) y a las industrias propias relativas a él como fuente de inspiración y de riqueza.
Sin olvidarnos, que nuestra Isla es -una isla atípica-, pero al fin y al cabo; una Isla y como tal, hay que obtener de ella sus recursos propios y alternativos, muchos de ellos vírgenes todavía; recuperando también, cómo no, otros que fueron abandonados como los célebres esteros, los magníficos viveros y las productivas salinas de entonces, por citar ejemplos más inmediatos entre otros tantos.
Y como anécdota y nunca como crítica destructiva, diría: que Radio la Isla, la radio con sal, y La Feria del Carmen y de la Sal, no se puede seguir anunciándolas ni pregonándolas, ‘sin la sal’, sin la Sal ya comentada de nuestras ricas salinas, que hoy necesitamos tanto o igual que el pan nuestro de cada día.
Y es que mi amor por la Isla me invita a seguir abundando en propósitos y en ideas, pero para no repetirme ni alargar el contenido de este artículo demasiado, remitiría al lector a que leyera otro artículo que en este mismo medio y en este mismo sentido se publicó con el título Fadricas y la F.S.C., el 21 de septiembre del pasado año.
Finalmente permitidme decir que por el contenido de aquel artículo y por el del presente, me atreva a pedir unido al deseo de ‘muchos ciudadanos’ con los que he coincidido y con aquellos que estén de acuerdo con lo aquí planteado, que entre Fadricas y la Fábrica de San Carlos, está la Casería y el Cementerio de los ingleses, igual que entre los entornos de Fadricas, se encuentran Punta Cantera y Caño Herrera.
Pues bien, dicho esto: ¡Emociónense los señores responsables! Pongan amor, voluntad y cariño en la empresa a realizar. Considérenlo como una gran oportunidad y a la vez un ‘gran reto’. Hagan de la totalidad de esos metros de suelo que disponen, lo más adecuado, acertado, conveniente y razonablemente posible. Pero eso sí, sin improvisar, bien conexionados y felizmente terminados con los que ya existen que, aunque no estén acabados todavía, acábenlos también; de tal manera que nos haga olvidar algunas cosas mal hechas, sin definir y desafortunadas dentro de un todo donde otras; es justo decirlo, acabaron bien.
Y pasen a la historia en el recuerdo, en la memoria, en el reconocimiento y en el orgullo de haber contribuido al menos, a conseguir para nuestra querida Isla, el mayor trazado de un importante complejo urbanístico, reglado y ordenado en lo social, cultural, industrial y recreativo de la Bahía, con la etiqueta de ‘bien hecho’ y promovido por el municipio de ‘La Isla de San Fernando’, al que le haría una pregunta clave, final y obligada; ¿serían capaces de hacerlo? ¡Pues Adelante!.