El Ciudadano Condescendiente
Una cuestión me asoma en la mente desde hace tiempo, la condescendencia política. En otras palabras, desde hace un tiempo me pregunto por qué el ciudadano de a pie es tan mísero ante el político, es tan poco ciudadano y es tan siervo en sí mismo.
He podido observar debido a los trabajos que vengo realizando, a muchos ciudadanos isleños, cuyos nombres no me atrevería a mencionar pero sí sus generalidades, que les sirven su cabeza en bandeja de plata a los políticos, sean del color que sean.
Por poner un ejemplo y aclarar la cuestión, recuerdo a ciertos ciudadanos que antes de las elecciones eran como unos talibanes de la política, que no paraban de criticar la profesión política, la profesión en sí misma, les daba igual el color, el programa, la persona, todo. Ellos se dedicaban a boicotear todo mensaje político en las redes, porque los políticos son todos unos corruptos.
Cuánta gracia me hizo al ver que con la entrada del nuevo gobierno isleño, todas esas voces se callaron y cambiaron sus palabras por las de: "Hay que dejarles 100 días de confianza, no se les puede criticar aún".
Fantásticos. Pero no puedo olvidarme de otros, algunos de éstos dueños de pequeñas empresas o bares, que parecían situarse en un bando u otro, pero sin dejar clara su opción política, porque un negocio es un negocio y los negocios no entienden de ideologías...
Éstos tras las elecciones son lo mismos que sacan pecho ante cualquier crítica al nuevo gobierno. Esos artistas isleños que van detrás del Concejal de Cultura o de Fran Romero como si fuesen guardaespaldas a sueldo o esos isleños deplorables que acuden en masa a defender la actuación de su alcalde.
Bueno, al fin y al cabo, cada uno puede hacer lo que quiera, está en su derecho. Limpiar los bajo fondos de los traseros políticos de nuestra ciudad no está penado ni con la Ley Mordaza ni con otra pena. Pero en mi humilde opinión, ellos tienen manos para limpiarse solos. El ciudadano puede depositar el voto, puede exigir, puede pedir y quejarse; y sin embargo, mientras algunos hacen ésto, otros van como séquitos detrás de los políticos. ¿Cómo van a sentirse pueblo, si es el propio pueblo el que se humilla ante ellos?
Que les quede la burla en este artículo me sobra, mi máximo respeto inclusive hacia aquellos políticos que son de verdad, trabajadores por su pueblo, a aquellos políticos que trabajan en política fuera de las instituciones y a la gente que lucha por lo que es suyo con uñas y dientes fuera de los gobiernos.