Alfonso Berraquero y la Semana Santa de La Isla 2016
Nuestra querida Isla tiene la prueba de ser una ciudad donde el mundo de las cofradías posee bastante predicamento. Y esta circunstancia constituye un hecho tan evidente como innegable en cuanto al número de hermandades y cofradías que se acreditan según sus nominas. Además de todo ese otro mundo que gira a su alrededor, del cual cómo no, se necesitan mutuamente.
Y como todo en la vida -este mundo- será lo que se proponga sus cofrades y sus dirigentes. Exactamente igual que una ciudad, será también lo que desee sus ciudadanos y sus autoridades.
Y para ello, sólo hay un camino: dedicación, trabajo, honradez, inquietudes, proyectos y ganas. Y sobre todo amor. Amor a la tierra, amor a crecer, amor a confiar en las gentes; oyéndolas y valorando sus cualidades y condiciones sin cortapisas.
Y sólo así -si queremos prestigiarla- es tal como deberíamos contemplar a esta Isla de nuestros amores y de nuestras culpas. De nuestros amores cuando nos volcamos en ella sin límites. Y de nuestras culpas, cuando nos inhibimos o nos mostramos indiferentes y no estimamos lo que poseemos. Incluso llegamos a abrazar lo que nos llega de afuera, aunque lo tengamos adentro.
A veces pienso que somos indiferentes a todo lo bueno que poseemos, No le damos el suficiente valor ni la importancia que merece lo nuestro. Somos reticentes y permanecemos al margen de tantas virtudes y bondades que están a la vista y que en cierto modo ni las prodigamos ni las publicitamos con el mismo énfasis, que sí lo hacen en otras ciudades, algunas con memos entidad que la nuestra.
Todo este largo preámbulo me lleva a situarme en nuestra recientemente y muy esplendorosa finalizada Semana Santa. Pero más concretamente en el título de este artículo.
Y creo que desde mi posición de simple cofrade y ciudadano de a pie. Siento la necesidad -por creerlo de justicia- de anticipar con tiempo suficiente a través de esta misiva, la propuesta de un homenaje a favor de nuestro escultor e hijo predilecto de la ciudad, Alfonso Berraquero García. Y así lo manifiesto públicamente aquí para el conocimiento de quienes les correspondan: Hermandades, Consejo de Hermandades y Ayuntamiento.
No cabe duda que nuestra Semana Santa ha alcanzado ya un nivel óptimo. Y esta calificación entre otros aspectos, se debe sin duda a la aportación con la que, Alfonso Berraquero, ha contribuido no sólo a su exitosa divulgación, sino a que disfrutemos de ella y se conozca y se reconozca afuera de nuestra ciudad.
No en vano tiene en su haber la autoría de más de una veintena de imágenes y otras tantas restauraciones hechas de tal manera, que cada día de la Semana Santa, hay desfilando por nuestras calles con toda seguridad al menos una imagen suya:
Como las tallas completas de la hermandad de la Humildad y Paciencia; la Virgen de la Salud, San Juan y cinco de las figuras del Paso de Misterio del Ecce-Homo y la remodelación del propio Ecce-Homo; la
Virgen del Buen Fin y todas las imágenes del Misterio del Prendimiento a excepción de Judas Iscariote y el Sacerdote del Senedrín; la restauración de la Virgen de Gracia y Esperanza del Huerto; la restauración de la Virgen de la Caridad y el Cristo de la Salvación; la autoría del Cristo de la Buena Muerte de Servitas; la restauración del Cristo de la Misericordia y la remodelación de la Verónica; la restauración de la Virgen de la Esperanza del Silencio; la autoría de María Magdalena, Salomé y Cleofás del Paso del Cristo de la Redención de la hermandad de la Soledad y la remodelación de los Santos Varones y de la propia Virgen de la Soledad; la autoría del Cristo de la Sangre, la Virgen de los Desamparados y la Magdalena; la autoría de la Virgen del Rosario; la del Resucitado y la Virgen de la Victoria. Sin contar numerosos retoques a otras tantas imágenes isleñas: Virgen del Mayor Dolor en su Soledad del Santo Entierro; Virgen de los Dolores del Nazareno; el Pastorcito y la propia Virgen de la Divina Pastora; San José; el Cristo del Perdón; los Santos Copatronos; etcétera. O tal vez cabe preguntarse ¿Qué imagen no ha tocado las manos (su mejor herramienta) de Alfonso en La Isla?
Creo que la trayectoria de este querido y singular escultor y las imágenes creadas, salidas de su gubia tan representadas en nuestra Semana Santa sin contabilizar su extensa producción artística. Son tan notorias, numerosas y suficientes, que invita a dedicarle en su honor -La Próxima Semana Santa 2016- como merecido homenaje y reconocimiento a su prolifera producción. Sintiéndonos además orgullosos de él por Isleño, Escultor y Buena Persona.
Este artículo no lleva el propósito ni pretende conseguir unos cuántos -me gusta ni alcanzar algún twitter- por su autoría como es lo habitual en todo lo que aparece hoy en la red. Pero sí solicitar en este caso concreto el apoyo de -muchos de ellos- procedentes de los ciudadanos, cofrades y lectores en general -si lo propuesto lo creen de justicia- porque eso sería un signo evidente y significativo para que esta iniciativa en favor de este homenaje tenga desde ya -el refrendo popular- que lo convierta en una seria realidad. Y como dice el refrán aunque -el propósito quede dicho- doctores tiene la Santa Madre Iglesia. ¡Ojalá que se materialice!