Publicado el: Vie, 30 Ene, 2015
Opinión

Sentados

Art.54Muchos esperan sentados a que sus vidas cambien, a que lo malo pase, lo bueno llegue y los sueños se hagan realidad. Es triste verlo cuando ya aprendimos que sentarse tan sólo sirve para descansar, que, en el mejor de los casos, es la forma ideal en la que ponerse manos a la obra de nuestras pasiones; o la postura más cómoda para observar, con el alma, todo aquello que nos hace vibrar. Pero esperar...¿esperar a qué?

Siguen pasando los días mientras me rodeo de personas que creen verme bendecida por el poder de la felicidad; que se paran delante de mí para lamentarse de vidas que ya quisiera yo experimentar... Una sonrisa constante en nuestro rostro significa que somos felices, pero no implica que no sea una recompensa por la superación de los malos momentos, de los tragos que amarguearon el latir de nuestros corazones, de las despedidas que abrieron heridas que nunca cicatrizarán.

Y así, siguen pasando los meses mientras el Universo mueve sus hilos para mostrarme el dolor de personas que no tienen motivos para sufrir, que no tienen nada que perder y que, precisamente por eso, temen perderlo todo. Cada vez que lo veo siento en mí ser la tranquilidad de saber que al quedarme sin lo que tengo, siempre me quedará el poder para seguir sonriéndole a la vida. Dulce ironía que da sentido a mis días...

Hoy, de nuevo, rechazo los sueldos fijos, las espaldas cubiertas y los contratos eternos que, en un abrir y cerrar de ojos, la vida puede permitirse el lujo de romper. No quiero la seguridad que el mundo cree tener por no tener seguridad en lo más importante, en lo único que debe tener valor, en la única manera en la que el alma se siente reconfortada. Si puedo cubrir las necesidades básicas de una especie como es la nuestra, todo lo demás...son lujos que optamos por disfrutar.

Por eso, son los años los que me enseñan que, mientras las almas sin rumbo se lamentan sentadas de tener todo lo que ellos mismos construyeron, yo me siento para seguir haciendo mis sueños realidad, para convertir mis letras en la cama donde también puedan descansar vuestras pasiones; para crear con mis frases un Universo donde cada uno pueda ser quien es, estar donde le apetezca y compartir con los demás la maravilla que supone poder respirar.

Brindo de nuevo mis sentimientos a quien tenga ganas de despertar; a los que se duermen entre las quejas que poco a poco van empobreciendo sus vidas, que les frenan en el camino y que no les permiten responsabilizarse de su propia verdad. Quien se cree atrapado y controlado, es tan sólo aquel que no entendió el sentido de su propia libertad.

Dejo caer mis anhelos ante vuestros ojos por si su luz pudiese iluminar cada mensaje escrito entre mis líneas, cada secreto de los que grito al viento, cada lección que la oscuridad nos ofrece y, sobre todo, cada rayito de esperanza que nos hace entender... que sólo tenemos lo que deseamos tener.

Sobre el autor

- Escritora, maestra y loca soñadora. Con el firme objetivo de ser feliz a cada segundo y compartir con el mundo cada sonrisa, cada sueño y cada aprendizaje que el Universo nos permite experimentar.

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