Monsieur Filiu tiene algo. Tiene un nosequé que irradia sabiduría con su acento franco-español. Contactó conmigo porque estaba escribiendo un libro sobre nuestro Camarón y quería conocer nuestras vivencias de primera mano. Muy afable, muy cercano el parisino, que conocía perfectamente nuestro idioma, puesto que tiene dos cuarterones andaluces. Más tarde investigué al gabacho y vaya el currículum. Aparte de sus estudios universitarios y doctorados, era uno de los más reputados expertos mundiales en Al-Qaida y la Yihad Islámica, autor de múltiples libros sobre este fenómeno, que ahora se nos está viniendo encima a los europeos. Porque vaya comienzo de 2015 en París, cuántas muertes innecesarias en el asalto a la revista Charlie Hebdo y una reflexión sobre unas palabras que se escuchó al terrorista que se atrincheró en el supermercado judío...¿Un millón de niños han matado los occidentales en Irak?

Después me preguntaba, que como un experto en estas lindes, había escrito sobre Camarón, sobre flamenco, sobre La Isla. La verdad que a día de hoy, aún no lo sé, pero importante tiene que ser en su país, puesto que el libro se presentó en la Embajada de Francia en Madrid, junto a una exposición de pinturas sobre nuestro cantaor. Porque en Francia, Camarón es muy grande.

Jean Pierre Filiu, que es su nombre completo, con la ayuda del embajador francés y su esposa, que son tela camaronistas, se vino al sur buscando la esencia de nuestro José más famoso y puedo asegurar que se lo llevó. Preguntó todo lo que quiso preguntar y vio todo lo que quiso ver. El resultado la primera biografía de José Monge Cruz en galo, denominado “Camarón, la revolución del flamenco".

Seguro que en París habrá hablado alguna vez con nuestra paisana y alcaldesa de aquella ciudad, Anne Hidalgo, que durante estos días estará viviendo sus momentos más dramáticos, desde que el año pasado llegó a capitanear el Hôtel de Ville. A su pesar,  tuvo que ordenar incluso que apagaran la Torre Eiffel en señal de luto, porque lo de Francia, ha tenido mucha repercusión en el mundo occidental, aunque no hay que desdeñar, que en el fondo era esperado. La cínica política exterior que los occidentales hemos estado  llevando a cabo en Irak, Afganistán o Siria han sido mal organizada y mal gestionada; ahora nos queda soportar como si se tratase de un frontón, los ataques de los musulmanes más radicales.

Pues en la plaza más gaditana de París, la Plaza del Trocadero,  se vivieron emotivos momentos cuando pasó la manifestación, cuando paso Anne como anfitriona, muy cerca de Holland, de La Merkel, de Rajoy...al grito de “Todos somos Charlie”. Porque la manifestación es contra el terrorismo, pero también por la libertad de expresión que en el siglo XXI no puede ser coartada por nada ni por nadie. Y eso bien lo sabe nuestra alcaldesa parisina, porque aquí en su tierra, en 1810, se pusieron las bases para que la libertad de prensa, de expresión, comenzaran a ser respetadas.

Y ahora el mundo occidental en alerta terrorista. Ya nada es seguro. Con lo que le gusta a la alcaldesa los churros del 44 y las tortillitas repletas de camarones; no la dejarán venir a su Isla, tendrá guardaespaldas hasta en los marcos de las fotos. Y Andalucía en el punto de vista de los islamistas. Recuerdan Al- Andalus, el Califato de Córdoba, el reino de Granada; cerca de 800 años de dominio musulmán. Y durante aquella época Al-Andalus fue el centro del mundo intelectual, del mundo científico, del filosófico; mientras el resto de Europa dormía en su momento más oscuro, culturalmente hablando ¿Qué pasó con aquello? Tantas luces y ahora tanta oscuridad.

También me acordé de otro amigo que andaría por París algo trastornado, un dibujante español muy cotizado, pero no trabajaba en Charlie Hebdo, me refiero a Cessepe que fue conocido cuando estalló el movimiento de la movida madrileña, con Almodóvar, García Alís y seguro que estaría disgustado, porque el artista es muy sentimental y estas cosas duelen más todavía si compartes dedicación con los perjudicados.

Creo que con Bin Laden y el ataque a las Torres Gemelas el mundo cambió de rumbo. Ese camino no sabemos dónde llevará, todo dependerá de lo bien o mal que lo hagan nuestros dirigentes...pero el trabajo será arduo.