'La Dama de Acorán', una novela histórica ambientada en las Canarias, por el isleño Luis Lago
El escritor de San Fernando homenajea la cultura guanche en su primera obra publicada.
Tanausú, el nuevo y flamante director del Museo Canario, muestra ante las cámaras el último descubrimiento arqueológico: Una figura de barro que representa a una diosa y cuya presencia en la isla del Hierro debería ser IMPOSIBLE. Julia, la dueña de una tienda de esoterismo, intenta ponerse en contacto con Tanausú, ya que tiene en su poder algo extraordinario que el director debe ver. Mientras tanto, un ex-agente contratado por una hermandad clandestina, aparece tras la pista de la insólita figura.
Con esta sinopsis se lanza al mercado online la última novela publicada por un isleño, y la primera editada por este cañaílla en cuestión. Así es. Pese a ser natural de San Fernando, la residencia allí de Luis Lago ha marcado su talento narrativo hasta el punto de aventurarse a escribir una novela histórica ambientada en este archipiélago del Atlántico.
Y es que pese a llevar escribiendo desde su juventud, cuando enviaba junto a su hermano relatos de terror, de ciencia ficción a un programa de radio chiclanero; pese a continuar escribiendo letras para las canciones de un grupo musical el que posteriormente formaría parte; pese a tener guardadas ya dos novelas y el guion de una película en los cajones de la cómoda; no ha sido hasta ahora, cuando ha decidido compartir su literatura con todos los públicos, y en formato electrónico como dictan los nuevos tiempos.
Muchas horas de investigación en archivos canario durante el proceso creativo de otro de sus proyectos. Ese fue el germen de ‘La Dama de Acorán’, donde los guanches, o canarios primitivos, cobran importancia para protagonizar una historia con elementos cinematográficos, pues, según Lago, el narrador funciona como si fuera una cámara. Es un narrador ‘testigo’, de esos que se limitan a contar lo que los personajes construyen, a su libre albedrío.
“Quiero que el lector saque sus propias conclusiones a través de los diálogos”, afirma el autor al reconocer que prefiere influir lo menos posible en la obra. Una obra que, por otro lado, cuenta con la particularidad de dividirse en dos líneas temporales. La primera de ellas, poco antes de la conquista, la segunda, en la actualidad. Ambas quedarán unidas por una pieza a modo de talismán, la misma figura de barro a la que hace referencia la sinopsis.
El resultado, tras año y medio de intenso trabajo, es una obra muy entretenida, “escrita de tal forma que deseas acabar cada capítulo para empezar el siguiente”. Un libro equilibrado, ni muy corto, ni muy largo, que quien lo lee describe como las buenas películas: “ha durado una hora y ni siquiera me he enterado”. Es el efecto de quedarse pegado al asiento en el cine, de una documentación bien realizada que se completa con imaginación, pero siempre conservando la verosimilitud de aquello que “no pasó pero podría haber pasado”.
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Muy recomendable, se nota el trabajo de investigación que hay detrás, es entretenida y amena. Enhorabuena.