Los entrevistados lanzan un mensaje.

Los miembros de la asociación continuarán con la venta de papeletas para su particular sorteo hasta el próximo 23 de diciembre.

Las mañanas isleñas lucen radiantes, con la calle Real llena de vida. Si bien es cierto que gran parte de los vecinos que insuflan esa vida no reparan, a veces, en asuntos verdaderamente alarmantes. Situaciones como la sufrida por tres desempleados que permanecieron hoy bajo una discreta lona azul donde se leía con claridad: ‘Movimiento ciudadano por el empleo’.

Sus nombres: Juan Martínez Gutiérrez, 52 años, albañil; Alfredo Abraldes Moreno, 59 años, con un 42% de discapacidad; e Isabel Bermán Romero, 42 años, limpiadora y profesional de la hostelería. El Castillo esta mañana quiso interesarse por la razón que llevaba a estas personas a colocarse en plena calle para solicitar la ayuda de sus paisanos, y el objetivo no era otro que colaborar con la citada asociación de parados, a la cual pertenecen, y que cada Navidad, desde hace cuatro años, organiza una rifa cuyos beneficios se destinan a los propios miembros de la entidad.

En general, se describen como familias necesitadas, sin trabajo ni ayudas y que han de buscarse la vida para poder llevar a sus casas la comida. Aunque la campaña navideña comienza en octubre, su trabajo se prolonga durante todo el año. Se reúnen los viernes, a las 19:30 en la sede de Izquierda Unida. Desde allí tratan de buscar soluciones, se mueven, echan currículums en todas las empresas que localizan y afirman tener siempre abiertas sus puertas para que cualquier persona necesitada forme parte del colectivo. Sólo es necesario aportar 1 € mensual para poner en marcha iniciativas de esta índole y contar con un carnet de socio que acredite su pertenencia al movimiento, presidido por Joaquín Díaz Carrasco.

Son ya casi un centenar las personas asociadas, muchas de las cuales se ven obligadas a sacar rentabilidad a los aparcamientos de la playa en época estival, o durante la Feria del Carmen. “No podemos manifestarnos, aunque sí acudir a los plenos”, indicaba Martínez a este periódico recordando su naturaleza de asociación. Una asociación, dicen, con la que sus vecinos no se han volcado todo lo que les hubiera gustado, “no sólo por la poca predisposición a colaborar, sino porque hay quienes ni siquiera nos dan la oportunidad de explicarles nuestra situación”.

Sin embargo ahí siguen. Luchando, día tras día. Si el pasado año rifaron dos cestas con sus respectivas loterías de Navidad, éste harán lo propio con un portátil, una PlayStation 4, un móvil, dinero en metálico y la ya clásica cesta de Navidad. “Cada cuatro talonarios vendidos suponen 50 € que nos llevamos a casa para poder comer, para poder vivir las fiestas de la manera más digna posible”, aclaraban los representantes.

Así pues, el pueblo de San Fernando ya sabe de su existencia. No hay excusa para no adquirir una papeleta al módico precio de 1 €. “Muchos aquí no se mueven, son excesivamente conformistas pese a la situación en la que están”, agregaban convencidos de que “hay mucho por hacer en esta ciudad y que el Gobierno municipal debería remunerarnos dignamente para coger las riendas”.