La asociación isleña Clara Campoamor conoce el yacimiento fenicio 'Gadir'
La Cultura en la Isla se construye, a veces, desde abajo, y otras, desde arriba. Y al hablar de abajo y de arriba no necesariamente se hace referencia a la posición, sino también a la edad.
La Asociación Clara Campoamor es buena muestra de que la Cultura no entiende de años, ni de formación académica -aunque muchas de sus integrantes la tienen-, sino del interés y el empeño que ponen estas en conocer el mundo que les rodea, su pasado y la trayectoria que las ha llevado hasta donde están.
Ellas se definen como un grupo de mujeres de diferentes edades y perfectamente compenetradas con independencia de sus ideales políticos y religiosos. Desde su fundación con la entrada del nuevo milenio han logrado reunir ya a varios centenares de afiliadas que tienen un fin común; trabajar por la igualdad y formarse culturalmente para sentirse piezas indispensables dentro de la sociedad.
Cada año plantean un completo programa de actividades culturales y de ocio donde los viajes y las visitas a lugares emblemáticos cobran especial protagonismo. Aquí es donde hace acto de presencia la doctora en Filología Clásica, Elena Martínez, autora del libro ‘El Zaporito, su nombre, su origen y su historia’, y con grandes conocimientos en Patrimonio Cultural. Tras una primera experiencia en el mítico molino isleño, celebraron una charla coloquio sobre la figura del Hércules Gaditano, deidad con la que identificaron los romanos al Dios fenicio Melqart venerado en las inmediaciones del islote de Sancti Petri.
Pero el paseo por la Cultura de estas mujeres, de la mano de Martínez, no quedó ahí. Poco después viajaron a Cádiz, dado que como afirma Lola, su presidenta, “a veces nos vamos a otras provincias sin ser del todo conscientes de los tesoros que existen aquí”. Por eso, realizaron la ruta del Gades romano. A través de anécdotas y datos históricos pudieron conocer in situ los restos del antiguo acueducto, el teatro, la escultura del agrónomo Columela o la factoría de salazones. El remate a aquella entrañable jornada fue precisamente el Museo Arqueológico, donde todas prestaron especial atención a las salas dedicadas al arte fenicio, púnico y romano.
Tal fue el éxito de aquella convocatoria que este año había que repetir. Los destinos han sido, en cambio, la Casa del Obispo y lo que puede considerarse la gran novedad en lo que a turismo cultural se refiere: el yacimiento arqueológico ‘Gadir’. Según cuenta la presidenta “fue una misión complicada debido al funcionamiento en cuanto a horarios y turnos, pero Elena nos ayudó mucho para finalmente conseguirlo”. Nada menos que 58 mujeres, organizadas en dos grupos, pudieron gozar del puntero centro de interpretación bajo el teatro de títeres. “Tuvimos mucha suerte lograr que nos dieran dos horas consecutivas dada la gran demanda de visitas que hay”, indica Elena Martínez en relación a la actividad, celebrada la semana pasada, “pero mereció la pena, porque se quedaron asombradas”.
Todo les sorprendió, desde el vídeo de presentación que cuenta los orígenes fenicios de Cádiz, narrados en un lenguaje asequible para todos los públicos e incluso con cierto toque de ficción, a lo CSI, hasta los restos del felino conservado en una de las calles del poblado, pasando por la tubería romana de plomo que atraviesa el yacimiento o la completa casa con dos habitaciones y cocina, perceptible desde la pasarela por donde transitan las visitas.
A todo ello se unió el apoyo audiovisual del vídeo explicativo sobre los cambios geográficos en la península gaditana, y los recursos de realidad aumentada, tecnología puntera en el sector. Un preámbulo excepcional para la posterior visita a la Casa del Obispo, donde disfrutarían con varios estratos superpuestos datados en época fenicia, púnica, romana, árabe y renacentista.
Todas ellas conectaron desde el primer momento con la actividad sin cesar un momento de hacer preguntas, porque su deseo de saber creía más y más. Es por eso que de cara a abril, preparan un recorrido desde los inicios del manuscrito hasta el formato electrónico, cobrando especial protagonismo en este evento, a celebrar el mismo Día del libro, el 'Astronomicum Caesareum'. Una joya escrita en latín por Apiano, docente universitario alemán del siglo XVI que realizó, por encargo de Carlos V, este libro “de protocolo imperial o para la Corte”, según indica Martínez, que el emperador regalaba a las personas más cercanas. “El libro es una maravilla, y en San Fernando tenemos la suerte de contar con uno de los 14 ejemplares que se conservan en todo el mundo, algo de lo que muy pocos isleños tienen constancia”.
Ilustraciones móviles a todo color para representar la carta astral, con carácter centenario, serán una de las próximas y, seguramente, más esperadas citas por las integrantes de la asociación isleña Clara Campoamor, cien por cien enamoradas de la Cultura como ha quedado patente.