El cierre de varios pubs tras el Ayuntamiento deja una zona oscura y sin oferta de ocio
El cierre del pub y después bar La Espuma ha supuesto la puntilla para la zona trasera del Ayuntamiento, en cuanto al ocio se refiere. Ni siquiera el paso a bar sin música, con terraza y la peatonalización de la calle ha servido para mantener unos negocios, que además de la crisis, han caído por los altos precios de los alquileres.
Alquileres que no bajan de 2.000 euros y que en casos llegan a los 3.000. Gastos a los que un empresario no puede hacer frente si se suman la luz, el agua, el IBI, las cuotas de Seguridad Social de los empleados, sus nóminas y el género. Eso y la proliferación de bares en el centro ha dado la puntilla a la zona trasera del Ayuntamiento, donde hace un año había un gran ambiente y ahora nada.
Han cerrado sus puertas el pup Firaf, El Colmao dio paso en enero de 2014 a Casi Treintantos y ambos cerraron, y por último La Espuma.
Este local nacido en 1997 de la mano del recordado Guillermo Cardoso, fue la vanguardia en San Fernando, ofreciendo actuaciones de artistas noveles y reconocidos. Por La Espuma han pasado La Barbería del Sur, Koke Maya, El Gran Wyoming, Los Hermanos Dalton, etc. A esto hay que sumar la actuación de monologuistas cuando aún no estaba en marcha la ruta en la Bahía. Artistas de la palabra y de la risa como Tony Rodríguez o Dani Rovira han actuado en muchas ocasiones.
Pero el cierre de La Espuma, la última en apagarse en la trasera del Ayuntamiento, también se aventuraba hace años por los dueños. Los pubs de la trasera del Ayuntamiento lucharon por que las terrazas de los bares cumplieran horario, ya que había quienes las quitaban a las 4 de la madrugada. Eso y la bajada de público del verano hacía imposible afrontar los altos alquileres. Pero los propietarios de los locales no fueron sensibles a las peticiones de bajadas del alquiler, aduciendo que en tres días lo tendrían abierto otra vez por otro. El caso es que todos siguen cerrados después de meses.
La Espuma quiso ofrecer una alternativa al resto de pubs y pasó a ser bar con terraza. Desde la antigua dirección responden que “se intentó cambiar para atraer más público, pero tampoco funcionó”. “Es muy difícil aguantar los costos cuando la gente se pega con una cerveza tres horas, hay muchos locales y para mantenerlo te obligas a hacer una caja el viernes o el sábado de más de 3.000 euros”, señalan los responsables.
El ambiente se ha trasladado a la calle Las Cortes y la zona trasera del Ayuntamiento ha pasado de ser centro de ocio y cultura al más absoluto silencio. Se ha cerrado una época donde varias generaciones han ido desfilando por dichos locales y donde no han faltado las exposiciones, actuaciones variadas y fiestas. Ahora, todo es silencio y oscuridad.