España fue un día una isla
Haciendo un aparte en nuestras reivindicaciones, tenemos que reconocer, que la Isla es muy grande o, como diría la Piqué: "muy larga", y esta semana estamos viviendo en la calle la alegría y el recuerdo de esta Isla que un día fue toda España. Como Cañaílla independiente, como Cañaílla de sangre y corazón, en estos momentos no puedo más que alabar a San Fernando y a su gente.
Nos encontramos viviendo una situación peculiar y difícil (como en el resto de Europa) pero esta semana he visto alegría en los rostros de cañaillas y forasteros, he vuelto a ver como la Isla se ofrecía a todo el que ha pasado por ella, la Isla, como buen anfitrión, el buen anfitrión que siempre ha sido el caña, en cuya casa a albergado al compañero de su hijo que está aquí haciendo la mili, al amigo que viene desde otras tierras a pasar unos días,... las puertas de la Isla siempre han estado abiertas y esta semana lo hemos visto. Y también hemos comprobado lo que por ello nos quieren.
Entre otros muchos sitios, esta que os escribe esta semana ha estado en "La Tapa" o en los izados de bandera, o en las recreaciones históricas...pero entre todos los actos de esta semana grande, ha disfrutado como una enana el día que Lolo Picardo y Carlos Rey nos invitaron a su ponencia practica "El flamenco en el tiempo" cuando Carlos empezó a introducirnos en ella marcando el Compás, golpeando en la mesa con los nudillos las caritas de los que tuvimos la suerte de coger sitio en el centro de congresos empezaron a cambiar y todos asentíamos con la cabeza y una leve sonrisa; cuando se le ocurrió coger la guitarra ya desde el primer rasgueo nadie hablaba y cuando Joaquín de Solas dejo escapar su primer "quejío", la sala entera se paralizó y un volcán de sensaciones y sentimientos corrió por cada ser que la habitaba. Mientras, Lolo Picardo nos trasladaba en el tiempo hasta aquella Venta de Vargas de los años 60, al Camarón de sus inicios (el gitano rubio) y su resentimiento con el Caracol; ¡porque esto es lo nuestro señoras y señores!, esto que hasta hace dos días hemos ocultado como si nos avergonzara, porque nos hemos dedicado a ensalzar los Burger's o las pizzerías, mientras en nuestros bares colgaban el cartel de "se prohíbe el cante".
Nos hemos dedicado durante años en un loco afán de valorar lo ajeno, olvidando el oro que teníamos en casa; pero la esencia sigue dentro de todos y cada uno de nosotros, por eso cuando volvemos a nuestras raíces, cuando miramos para nuestros adentros, cuando suena una guitarra y una voz bien templá, no hay piel que no se ponga de gallina, vello que no se levante, palmas que no aplaudan, suspiro que se esconda, alma que a la nuestra no se una, para rendirle homenaje; cuando nos volvemos hacia lo nuestro, nuestra historia nos recuerda que toda España fue un día una Isla.
Toñi Lebrero Ruíz