La monologuista frente a su cartel.

Ánimo, risas y mucho buen humor inundaron anoche la Tetaría Al-Mira durante el monólogo de Sara Perlata Camacho.

Esta isleña de 28 años forma parte del grupo de teatro “Paraíso” perteneciente a la asociación Clara Campoamor, por lo que su naturaleza interpretativa es puramente vocacional. Y como los artistas del escenario siempre buscan más y más, Sara Peralta ha acabado pasando del dramatismo del teatro clásico a la comicidad de los monólogos en el transcurso de una semana. “Todo partió de una inocente broma”, afirma ella, que días atrás en la Tetaría Al-Mira fue retada por el dueño del local para prepararse un discurso, el mismo que anoche animó a la gran cantidad de espectadores que hasta allí acudieron para disfrutar con el salero de “Pipa” -como popularmente se le conoce-.

El título del monólogo es, como no podía ser de otra forma, “El cuento de la buena pipa”, y no cesó de provocar carcajadas entre los presentes durante los tres cuartos de hora que la protagonista permaneció hablando. Una franja de tiempo de la que la propia “Pipa” no fue consciente debido a lo mucho que disfrutaba, por lo que, pensando que su tiempo aún estaba lejos de concluir, completó lo que se había estado preparando con la improvisación más ingeniosa, en un remate que sin desmerecer al resto del discurso coronó de aplausos la actuación.

Allegados, clientes del local y, por supuesto, los integrantes del grupo Paraíso casi al completo estuvieron presentes para apoyar a esta artista cañaílla que no perdió la oportunidad de obsequiar un simbólico girasol a sus padres, a sus jefes, y al dueño del local por animarle a probar suerte con un género que parece hecho a su medida. Y es que si de algo le sobra a “Pipa”, eso es arte.