El Carmen de Gallineras: una tradición rescatada por y para las gentes del mar
La devoción carmelitana está muy arraigada en La Isla. El hecho de que la imagen a la que rinde culto la tricentenaria hermandad del Carmen fuese proclamada Patrona de la ciudad en 1920 vino a reforzar un sentimiento que durante más de dos siglos se venía fraguando entre la población cañaílla, sentimiento que ha seguido creciendo hasta el día de hoy. Buena muestra de ello es la multitud de efigies que bajo esta advocación reciben culto en los templos de la ciudad, o las muchas fotografías que sobre dicho tema existen presidiendo comercios y casas particulares.
Una de las tradiciones más señeras relacionadas con el culto al Carmen es, sin duda, la de su procesión marítima que, durante los años sesenta y setenta, recorría el caño de Sancti Petri con motivo de las fiestas patronales y a la que Joaquín Quijano describió como “el escenario para que la Virgen Capitana, arropada por sus hijos de la capa blanca, los hombres del mar y todo el pueblo isleño, bendijera con su presencia aquellas históricas aguas, rodeadas de esteros y salinas que, como un símbolo, ofrecían a la Virgen el pardo de sus muros y la inmaculada blancura de las pirámides de sal”.
Esta tradición desaparecería durante algunos años, pero no indefinidamente. Las gentes de Gallineras, tan vinculadas a la pesca, a la navegación y, en definitiva, a las aguas que las han visto crecer comenzaron a hablar, a finales de los ochenta, sobre la posibilidad de recuperar “aquella fiesta para la que el barrio entero se engalanaba hasta el principio de la calle del Carmen”. Así lo recuerda Manuel López, miembro distinguido del Club Náutico de Gallineras y testigo presencial, tanto de las antiguas procesiones patronales, como de la posterior recuperación que llevó a término esta entidad, que en aquel momento y hasta el año 1997 se denominaría “Club de Pesca Isla de León”. “Durante las reuniones familiares recordábamos como, siendo niños, nos escurríamos entre los mayores para poder portar la parihuela de la Patrona”, afirma López con nostalgia al describir ese sentimiento que movilizó a los miembros del club a la hora de recuperar tan añorada tradición. De modo que fue en esos cuartos de armadores y pescadores ubicados junto al muelle donde otro miembro de la corporación, en este caso José Fernández Púas, mantuvo la propuesta en firme de que la Virgen del Carmen volviera a cruzar las aguas del caño de Sancti Petri.
Aquí es donde entra en escena José Luis Junquera, propietario del pub “Carmen”, puesto que al no contar los pescadores con imagen física, estos solicitaron la cesión de una antigua talla de su propiedad atribuida al escultor euskera José de Cirartegui, autor de imágenes como el Yacente del Santo Entierro o el Cristo de la Expiración. La referida imagen dieciochesca procesionó en 1991 con el visto bueno del obispado y fue tal el beneplácito de los presentes que sus propulsores se pusieron en marcha, con la inestimable ayuda de Junquera, para adquirir una imagen de nueva factura y el lugar donde ésta debía recibir culto el resto del año, declarándose oficialmente el club como la institución que se haría cargo de la procesión anual.
La nueva imagen fue finalmente encargada al escultor isleño Francisco Cabrera Casanova, en terracota policromada, y costeada con las ganancias obtenidas por el club gracias a la venta de las famosas papeletas de peñas y entidades. Según su autor, que en aquel momento estudiaba el segundo año en la Escuela de Artes Aplicadas de Cádiz, “se trata de una obra de inspiración propia, a excepción del niño, libremente basado en el de la Virgen del Rosario que conservan los miembros de la Orden Tercera de Servitas”. Asimismo añade que, tras ser entregada, hubo de repolicromarse en dos ocasiones debido a la intensidad con la que los rayos del sol penetraban en el pequeño oratorio donde recibe culto la imagen, y que desgastaron las carnaduras faciales hasta la colocación de un cortinaje para su protección. Cabe destacar también, que las condiciones climáticas obligaron al club a sustituir las manos originales de la Virgen por otras modeladas en un material que soportara con mayor resistencia la humedad del entorno. Este trabajo fue realizado, en cedro, por el escultor malagueño Alejandro López.
Para dignificar el culto diario a la imagen, que durante los primeros años permaneció en casa del propio José Luis Junquera -presidiendo, además, algunos altares instalados en la calle Cervantes durante la festividad del Corpus Christi-, se habilitó la por entonces sede del club de pesca, de titularidad pública y, en origen, garita de la Guardia Civil. Para su adecuación, dice Junquera, “fueron empleados ladrillos y solería procedentes de un convento jerezano, completándose con un antiguo altar adquirido en un anticuario”. Este retablo, de estuco imitando mármol en tonos rojizos procedía, a su vez, de una iglesia sevillana, y en él estuvo entronizada una imagen de la Dolorosa a tenor del corazón apuñalado que lo acompañaba como ornamento. El inmueble fue reinaugurado como oratorio el 23 de junio de 1996, según reza una lápida colocada en su fachada.
El ajuar de la imagen ha ido enriqueciéndose con el paso del tiempo. En 1994 se encargó la corona al prestigioso orfebre Manuel de los Ríos para sustituir a la diadema cedida con la que procesionó la Virgen los primeros dos veranos. Está labrada en plata de ley, al igual que la del niño, y fue completada con una ráfaga de orfebrería cuzqueña hace tres años, así como numerosas joyas procedentes de donaciones devotas, entre ellas, las de personalidades famosas como Falete o Carmen Sevilla. De hecho, en el ámbito del bordado destaca la fenomenal saya donada por ésta última a la imagen durante una de sus visitas a La Isla. “Siempre dijo que recordaría aquel día como uno de los más felices de su vida”, recuerda Junquera, quien tuvo la oportunidad de acompañar a la artista al oratorio tras pasar por el centro residencial Dolores Castañeda, especializado en tratar el Alzheimer, enfermedad hacia la que Carmen Sevilla manifiesta una particular sensibilidad.
En esta ocasión se estrenará, con motivo de la procesión, una nueva pareja de ángeles centinelas realizados por los talleres “Arte Cofrade” de Carmona, en sustitución de los primitivos, pertenecientes a José Luis Junquera. Esta primera pareja, indica su propietario, “presenta un envejecimiento intencionado que algunas gentes del barrio trataban de corregir, al considerarlo un deterioro provocado por el paso del tiempo”, de modo que aprovechando la coyuntura, Junquera aconsejó al Club Náutico la adquisición de dos nuevas imágenes en propiedad, que mañana podrán ser contempladas por todos aquellos que, como cada año, acudan en masa a ver a la Virgen.
Desde el Club Náutico de Gallineras añaden, acerca de la procesión marítima, que el barco encargado de portar la imagen irá dirigido por instancias de la Marina, tal como viene siendo habitual desde principios de los noventa. “Sólo dejó de hacerlo un año”, indica López, único civil que puede presumir de haber paseado a la imagen en su propia embarcación. El recorrido se completa con la presencia de multitud de miembros del club, las salineras y, en ocasiones, representación del gobierno municipal. “A veces nos acompañan también integrantes del Club Náutico de Sancti Petri, siempre que no coincida con su propia celebración del Carmen”, concreta.
Como novedad en el presente año, amén del ya citado estreno artístico, se suma un bonito cartel que reproduce, en su parte inferior, un barco de tipo falucho -antaño poblaban el caño-. El mismo refleja los horarios de la misa previa, que tendrá lugar en el muelle a las 17:00 de esta tarde, la partida de la Virgen desde Gallineras, hora y media después, su llegada al pantalán de la Magdalena -19:15-, donde se le hará entrega de una ofrenda floral, y el regreso al oratorio, hacia las 20:15. De esta forma aterriza un año más la procesión marítima, que desde su recuperación por parte del Club Náutico cumplirá el próximo año 25 vueltas al sol, arrastrando una población entregada que cada año busca su Virgen a merced de las mareas isleñas.
Felicitaciones al Club nautico por devolver a La Isla esta tradición. Que salga todo muy bien. Y a ver cuando se animan y crean una Hermandad del Carmen en Gallineras, como ocurre en muchas localidades (chiclana, por ejemplo), donde hay una hermandad del Carmen con procesion terrestre (que sería la de nuestra Patrona en Octubre) y otra de caracter marítimo (que debería ser la de Gallineras)en Julio. Si tiene hasta capilla. Enhorabuena y suerte para hoy.
Muy bonita la procesión de la virgen más marinera de la isla y muy emocionante la misa.