Cuando el gato alcanza la madurez, hará resaltar todas esas características de independencia y autosuficiencia que los humanos esperamos de un felino. Le dedicará menos tiempo a los juegos y estará mas dedicado a todas aquellas actividades que tienen un claro objetivo para el.

A medida que pasa el tiempo, el gato se armará su propia rutina y será ordenado a la hora de seguirla. Se acomodará perfectamente al modo de vida del hogar y también a las limitaciones de su territorio; un macho parará en un cruce del pasillo para ceder el paso a otra persona, lo cual significa un claro reconocimiento de los derechos territoriales de cada uno.

Así es que los gatos respetarán y reconocerán a las personas que conoce y probablemente peleará con los extraños o se esconderá de ellos ante su presencia, dependiendo del carácter del gato. Aprenderán rápidamente si el perro de la casa representa o no un peligro para su integridad, si podrá pasar con tranquilidad por su lado o deberá permanecer ante una constante vigilancia.

Con el paso del tiempo, al llegar a la adultez, el gato irá adquiriendo habilidades y técnicas para adaptarse a su medio. Sabrá protegerse y defenderse a si mismo.

Los gatos aprenden durante su infancia que ciertas acciones provocarán reacciones, que suponen un castigo o una recompensa. Algunos gatos aprenderán rápidamente que si giran los pomos de las puertas éstas se abren, favoreciendo el acceso a las zonas de caza.

Son numerosas las historias de gatos que a pesar de tener su hogar y sus dueños, son alimentados en más de una casa, y que reciben el mismo afecto en cualquiera de los dos lugares. A veces puede que desaparezcan durante muchas horas o un día entero, puede ser que se encuentre en problemas, pero también es probable que simplemente esté ejerciendo su tan preciada independencia. Aunque lo mas recomendable es cuidarlos, ya que al salir al exterior bajo su libre albedrío, pueden encontrarse con numerosos problemas propios de la vida al exterior.

Es importante siempre proporcionar a nuestro gato un espacio para su diversión, porque además de que esto es bueno para su mente, el gato tiene que ejercitar su físico. Cuando el gato hace ejercicios, salta, corre, persigue aunque sea un ratón a cuerda, está fortaleciendo sus músculos, ensanchando su capacidad pulmonar y aumentando la eficacia a la hora de acomodar sus músculos. El corazón y la circulación sanguínea responden perfectamente a esta demanda de ejercicio, y por supuesto, sus sentidos se agudizan.

Muchos de los juegos en los que participan los gatitos durante su infancia y adolescencia, le sirven para cuando son adultos, porque ayudan a desarrollar y potenciar sus instintos naturales.