En La Isla pasan cosas
En La Isla siguen pasando muchas cosas antes de que pase el tranvía. La menor de ellas no es que, casi a diario, se caen personas de toda edad y condición (en esto no hay clases) en la arteria principal de la ciudad por el lamentable estado del suelo (si se le puede llamar así), y aunque esto no sea noticia, ni sea motivo de foto en la que el político posa para la prensa, alguien debería hacer algo.
Este fin de semana ha estado plagado de actividades públicas: con motivo del día de las Fuerzas Armadas se han celebrado diversos actos en diferentes puntos de la ciudad, exposiciones de material estático, y jornadas de puertas abiertas en numerosas instalaciones que normalmente no pueden mantenerse abiertas al público. Pese a que una notable cantidad de personas se iban enterando de lo que sucedía sobre la marcha, de manera casi accidental, la respuesta de los cañaíllas ha sido entusiasta.
Lamentablemente la actuación por parte de las instituciones públicas a las que corresponde la promoción de los actos que se celebran en La Isla sigue dejando muchísimo que desear, - seamos buenos: no dejan todo que desear. Las diversas redes sociales, creadas por personas o agrupaciones ciudadanas comprometidas con su tierra, e incluso la tradicional transmisión boca oído (el ¡Quillo!), sigue siendo un mecanismo de promoción más eficiente en La Isla que la supuesta “planificación de comunicaciones” de algún organismo público. Es como para tomar nota. Y como para ponérsela.
La playa de Camposoto ha sido escenario este fin de semana, no de otra “limpieza más que simbólica” por parte de los colectivos ciudadanos (y no porque no la necesite), sino que ha sido escenario del campeonato de España de carrovelismo. Es un deporte espectacular, que requiere de playas como las que tenemos en nuestra Isla. De esto se estarán enterando muchos paisanos dentro de unos días, con lo cual va a ser que ya llegan tarde a la cita.
Se está celebrando también la Feria del libro, con flashmob incluido de “Dance to Feel”. Me temo que esta feria, casi con más actos que libros, evidencia la crisis que ha hecho mella en un negocio cultural que, por desgracia, nunca ha sido de masas. Yo no he ido, me pone triste verla tan desangelada. Pero no han sido pocos los políticos que han ido corriendo de aquí para allá como pollo sin cabeza para salir en todas las fotos. La feria del libro no ha sido la excepción. Lástima que los mismos pollos que han venido a “promocionar” la feria del libro mantengan aún en el calabozo a los libros de la Biblioteca Lobo, en un estado de conservación al menos dudoso. Un regalo de valor incalculable que se hizo generosamente al pueblo de La Isla, no a su Ayuntamiento, que tiene el deber de custodiarlo y conservarlo para las generaciones futuras. ¿Quizá sea ya momento de liberar a estos libros de su injusto encarcelamiento?
También ha ardido otra vez la zona de Fadricas II: dado que este polígono industrial consiste fundamentalmente en matojos y desperdicios que nadie limpia, no ha habido que lamentar desgracias personales. Como no había allí dos mil puestos de trabajo ni cientos de empresas que el fuego pusiera en peligro, paradójicamente este desastre es un alivio. Y la riqueza faunística de la zona consiste fundamentalmente en la especie que es la primera en abandonar el barco cuando se hunde. Y las altas torres, asisten al espectáculo. Mudas, inertes, expectantes: políticamente correctas.
Mi tierra no tiene el cielo oscuro que el Observatorio necesita para poder seguir haciendo su trabajo desde su sede en La Isla. Pero mientras desperdiciamos cantidades ingentes de energía y dinero público iluminando innecesariamente el cielo en unas zonas, otras zonas de La Isla siguen con deficiencias serias de iluminación necesaria en el suelo. Es tan contradictorio...
Hemos aprendido que La Isla peleó hace muchos años por su meridiano, pero nos ganaron los ingleses con Greenwich. Promocionamos lo nuestro poco y mal, o nada. Los ingleses saben vender como victorias hasta sus derrotas. En La Isla damos la hora al mundo, y sin embargo en mi tierra algunos no hacen sino perder el tiempo. Desde entonces no solo hemos perdido el meridiano de La Isla, hemos perdido también el Norte. Y los que tienen que guiarnos hoy en día no parecen tener brújula, y si la tienen no saben cómo usarla: cuando se cansen de ser palmeros, siempre tendrán un hueco entre los Plataformeros. Aquí somos tan grandes que tenemos sitio para todos, hasta para ellos, con tal de que amen a La Isla y respeten a sus habitantes. Estar en contacto directo con la gente de a pie, les servirá de Escuela de Adiestramiento para sus futuras aventuras políticas, si es que aún les quedan ganas de repetir.
¡Queremos una Isla Viva!
Siento decirte, que al menos en lo que concierne al ROA, se publicó con una semana de antelación la celebración de puertas abiertas (diferente es que la gente no lea el periódico o no entre en la página de la Oficina de Turismo). Respecto a la Hora, debo hacer una corrección. Desde el Observatorio se hace, mantiene y custodia el patrón nacional de frecuencia y tiempo (hora legal española) y se participa en la elaboración de la UTC (tiempo universal coordinado o base de los usos horarios del mundo). Un saludo