Toca el análisis. Balance de una Semana Santa 2014 plagada de anécdotas, seguro, para según quién la viva. La principal, el sol, que empieza a convertirse en el más codiciado compañero de nuestros cortejos. Por otro lado, hay quien aún estará relamiéndose sus heridas, tras la sinrazón de sus puestas en escena, que, dicho sea de paso, también tiene sus propios adeptos. De hecho, se repiten las mismas barbaridades año tras año, sin que nadie, al parecer,  imponga cordura.

Personalmente, no me canso de ver la plasticidad de ciertas Hermandades que mejoran con el paso de los años, como los buenos caldos. Hay otras que ni fu ni fa… y aquellas que aún están ancladas en tiempos pasados, buscando quizás la aprobación de la mayoría del respetable que ya no comparte sus líneas maestras, porque, simplemente nuestra Semana Santa ha evolucionado y se busca otro tipo de “entretenimiento”, sobre todo en términos de carga, porque, lo siento, he de decirlo… aún hay quien tolera que sus Titulares sean “mareados” en sus andas como barquito a la deriva con mar gruesa en Alborán.

En el terreno musical, voy a dar mi más sincera opinión sobre lo que se ha oído en nuestra ciudad durante la Semana Santa, que pienso en líneas generales, ha sido aceptable, más o menos como en años anteriores.

Las Bandas autóctonas, todas en la línea que ya se les conoce, pero sigo opinando que para la cantidad de formaciones que poseemos, el nivel es bajo en líneas generales. Nos centramos más en hacer la competencia y mirar al de al lado que en aumentar la categoría propia. Miramos cuántos componentes lleva este año la Agrupación tal… o cuántos “mosqueados” se han cambiado de una banda a otra porque el director tal les ha dicho no se qué… Una lástima, verdaderamente.

Bandas de Música muy numerosas que suenan mucho… pero no “suenan”. Agrupaciones tremendamente escandalosas donde lo único que cuenta es que el hermano que ha apostado por ellas, se sienta regocijado. Bandas de Cornetas que se empecinan en redoblar cada vez más lento… hasta casi el ridículo diría yo… redobles arrítmicos y bulerías y tangos por doquier en sus composiciones… me da la impresión que en la búsqueda de lo novedoso se está cayendo en una absoluta idiotez… señores, ¡que está todo inventado! Y mi preferida, la Banda de Música que suena a gloria sólo en Semana Santa, gracias a sus diez o quince refuerzos de músicos “libres de servicio” que tienen sus armarios repletos de uniformes de diferentes colores; el resto del año ésta es una Banda “del montón”.

Ante todo esto, sólo digo que es mi sencilla opinión, porque evidentemente se seguirán haciendo barbaridades diga yo lo que diga; tampoco pretendía convencer a nadie, bien lo sabe Dios.

En otra línea, y en cuanto a las formaciones musicales de otras localidades, sigo viendo lo mismo. O sea, la misma ineficacia a la hora de buscar debidamente una formación de calidad por parte de algunos.

Hay Hermandades que han dejado de contar con los servicios de formaciones por motivos varios, me da igual cuáles sean… pero resulta que al año siguiente traen una formación que les sale más cara, y suena lo mismo, y en algún caso hasta menos. Pero, bueno, es igual, vienen de allí (ya saben de dónde, confío en su inteligencia, estimado lector).

Es cierto que hay Bandas ocupadas para el día en cuestión, pero también lo es que cada vez nos queremos gastar menos… la calidad hay que pagarla, esa es una verdad irrefutable. Yo, particularmente, prefiero gastarme el dinero en un jamón en condiciones al menos una vez al año. Pues, eso, que nuestra Semana Mayor es una vez al año y al vendedor de flores o al cerero no le rechistamos y le pagamos religiosamente lo que nos pida, aunque nos parezca caro. A la Banda, debería ser igual. No comprar duros a cuatro peseta

O sea, lo de todos los años, en algunos casos, niños jugando a las Cofradías, y recogiéndose cada año antes, no vaya a ser que se pierdan la revirá de su “otra Hermandad” en El Postigo… todo el año trabajando para eso… yo, desde luego, no lo entenderé jamás.