El día que yo quiera
El día que yo quiera cambiaré el mundo porque cuando yo me muevo, el mundo se mueve conmigo, porque con mi ejemplo muevo a los que me rodean, y estos mueven a los suyos, por eso, el día que yo quiera cambiaré el mundo. Pero no quiero.
El día que yo quiera cambiaré el mundo, porque cualquier camino se recorre a base de pasos, y de todos los pasos posibles el más importante es siempre el primero y si yo empiezo a andar otros me acompañarán, y juntos conseguiremos que el mundo camine con nosotros por eso el día que yo quiera cambiaré el mundo. Pero no quiero.
El día que yo quiera cambiaré el mundo, porque cualquier clamor empieza con una sola voz, a veces con un ligero murmullo, a veces solo basta decirle al oído al que tienes al lado: ¡Ánimo! Que tú puedes. Y este susurro basta para que quien te acompaña se anime y crea que su lucha merece la pena, y siga luchando, por eso, el día que yo quiera cambiaré el mundo. Pero no quiero.
El día que yo quiera cambiaré el mundo, porque un chaparrón empieza siempre con una sola gota, y esta gota que será seguida de las demás y mojará nuestras calles llenándolas de fresco olor a esperanza puedo ser yo, si yo me mojo empaparé de esperanza a los que me rodean y juntos empezaremos a creer en lo nuestro, por eso, el día que yo quiera cambiaré el mundo. Pero no quiero.
El día que yo quiera cambiaré el mundo, mi mundo, el día que yo quiera cambiaré la Isla, porque la Isla es mi mundo y la estamos dejando morir, pero hoy he decidido empezar a salvar el mundo, a salvar mi Isla, hoy he decidido que mi Isla deje de ser una isla para ser LA ISLA, hoy he decidido moverme, para que conmigo se mueva todo lo que tiene a mi isla prisionera e inmóvil, hoy he decidido comenzar a caminar hacia el objetivo de una Isla Viva, dinámica y comprometida, hoy he decidido gritar a los cuatro vientos que MERECE LA PENA, que mi Isla tiene mucho de lo que estar orgullosa que las gentes que la hicieron grande, no son distintas de las que hoy vivimos en ella, que entre todos podemos hacerla resurgir, hoy he decidido mojarme por mi Isla, hoy he decidido empaparme de su historia, del dinamismo que la llevó a ser Capital de España, único rincón invicto e inconquistado, hoy he decidido empaparme del espíritu de aquellos que siendo simples ciudadanos se conjuraron para darle al mundo un constitución, hoy he decidido moverme, caminar, gritar y mojarme para que de una vez por todas San Fernando sea lo que se merece, lo que nos merecemos los cañaillas, una ciudad viva, dinámica, comprometida, vanguardista, pionera, dispuesta, implicada y solidaria, para que San Fernando sea mucho más que el sitio de donde viene la sal.
Por eso el día que yo quiera cambiaré el mundo ¡Y ese día ha llegado!