Nos estamos engorilando
El guerrilla marketing (pronúnciese: gorila márquetin) consiste en acciones publicitarias de bajo coste que buscan la sorpresa y la emoción del receptor. Nació delgraffiti y otras nuevas formas de protesta que los demonizados antisistemas pusieron en marcha en los 80. Cuando cae el muro muchos jóvenes anarquistas y comunistas europeos se dieron cuenta de que el panfleto ya no funcionaba y que no sólo tenían que cambiar su mensaje si no también la forma de transmitirlo.
La irrupción de Internet en los 90 causa una saturación que vuelve a los espectadores inmunes a los anuncios. En las vallas, banners, spots, marquesinas, freepostcards, servilletas y hasta en el WC, el receptor se encuentra rodeado de publicidad las 24 horas del día. Ya no basta con hacer un chiste ocurrente o contratar a un famoso para vender un producto. La creatividad entra en un callejón sin salida, pero la aparición de las cámaras digitales y sobre todo de lossmartphones revolucionan el medio. La creatividad gana a la técnica y cualquiera se puede hacer famoso sin moverse de su barrio. Aparecen los virales y losflashmobs, entre los que yo destacaría especialmente los del colectivo Flo6X8 por cercanía. Estos vídeos llenos de espontaneidad y realizados por gente de a pie atraen la atención de las agencias. Los primeros anunciantes en interesarse son las ONGs como Stop the Traffik o estamentos oficiales como el Rijksmuseum. Las grandes marcas se muestran reacias al principio, pero no tardan mucho en ver el potencial de estas acciones. Coca-Cola, Pepsi y Heineken han sido de las primeras en darse cuenta. Poco a poco todas se están apuntando a esta moda. Y si un buen día va usted de compras por Bahía Sur y se le acerca un príncipe a caballo ofreciéndole un zapato de cristal, no se olvide de sonreír: probablemente se esté usted convirtiendo en el nuevo rostro de un anuncio de calzados Marypaz.
Javier Baron