Mi otra Semana Santa
Y quise ser cargador, cargador de la isla. Qué cosa más bonita, y como nos corría por las venas a los amigos del barrio, eso de seguir el paso al lado de ellos, e ir descubriendo esos “mecios” y esas palabras y nomenclaturas propias de la carga por sus gargantas rotas, (¡a pasito holandés!, ¡a medio ganchete!, ¡despacito y a las bandas!) y como se iban animando unos a otros dándose fuerzas y sintiéndose orgullosos de cómo su pueblo y sus gentes los arropaban y les trasmitían un aluvión de sentimientos al ver al cristo de su barrio llevarlos en volandas. Y me hice cargador, primero con Nicolás, luego la JCC y luego alguna cuadrilla de hermanos, hasta que conocí a los que me enseñaron, por circunstancias de la vida, sin saber que yo iba al lado de ellos en la madrugá, ni ellos saber de mí que yo era uno de esos niños que los acompañaba. (Pontiga, el Capi, el Bigote, Paco el Rubio, José Manuel Porras)
Pero cambió mi carga, no porque ya no me gustara, ni perdiera la fe, ni mis sentimientos, no porque como muchos pensaran, me hice carnavalero, yo siempre he sabido llevar a cada una en su sitio, me fui y dejé de ser cargador porque llevo 14 años dedicándome a otra carga a “Mi otra Semana Santa”, he cambiado mi pasito holandés, por mi paso sin prisa pero sin pausa he cambiado el azahar de mi calle ancha, por la sonrisa de ellos, he cambiado el sentimiento de llevar mi cristo a hombros, por llevarlos a ellos por primera vez a algún sitio donde no habían estado. Lo he cambiado todo aunque espero volver algún día porque miro el Facebook y me trae tantos recuerdos vuestras fotografías, pero mi carga mi semana santa es otra ya quisiera yo que supierais todos y cada uno de vosotros que se siente aquí, con ellos, de colonias, con mis niños de UPACE, “Mi otra Semana Santa”
Aquí has roto todos los moldes pichorra, si es lo que yo digo hijo no mereces otro nombre EMBAJADOR De UPACE