¿Esto para qué sirve?
¿Esto para qué sirve?, ¿No sería mejor tirarlo y hacerlo de nuevo? ¿Y eso cuanto nos cuesta?... y así podría llevarme horas escribiendo las preguntas que más nos realizan cuando defendemos el patrimonio de San Fernando.
A veces ni nosotros mismos sabemos responder adecuadamente a esas cuestiones, y por ello pedimos disculpas, dirigidas no tan solo a vosotros sino a nuestro patrimonio, a esa Casa Lazaga en desuso, a esas baterías defensivas alejadas de todo interés, a esos polvorines relegados a la especulación o a esa marisma inundada de lodos humanos. Pero sobre todo perdón a tus hijos, porque les tocará pasar lo mismo que otros muchos hemos pasado, el olvido del patrimonio.
Una vez puesta la tirita en la posible herida, os digo el motivo más claro para conservar y difundir el patrimonio:
- Economía
Vivimos en un mundo extraño donde cada vez hay más fuerza para trabajar pero menos trabajo, y sobre eso en La Isla sabemos bastante. Así que debemos diversificar un poco nuestros objetivos industriales, y el turismo no es que sea la panacea pero si puede resultar un incentivo.
Una vez dentro del turismo debemos aprovechar al máximo nuestro potencial natural, y saber posicionarnos en un mercado globalizado que cada vez más espera encontrarse con propuestas diferentes. San Fernando no puede competir en sol y playa con otras localidades, y no precisamente porque sea peor playa o nuestro sol no caliente, sino porque vender una manzana igual a otra depende más de la suerte que del producto. Pero si podemos ofrecer otro tipo de turismo, uno basado en nuestra historia, uno en el que nos sintamos orgullosos de contarle a ese amigo turista que este trocito de tierra no fue conquistado por Napoleón, decirle que en esa casita nació Camarón o hablarle del lugar donde Julio Cesar durmió.
Y esto solo se consigue si pasa una cosa, que todos sepamos lo que tenemos porque si somos conscientes de ello, seremos los mejores comerciales que jamás han existido. Además podrás abrir ese restaurante que quieres cerca de la restaurada Lazaga, o abrir esa tienda de productos gourmet en el eje Castillo de San Romualdo – Museo de Camarón. Pero como la economía es cíclica si mi vecino tiene trabajo, comprará más y eso repercutirá para nuestras arcas municipales y con ello quizás, entre todos, levantemos cabeza.
Las ideas sobre lo que se podría hacer están ahí, solo hace falta que pregunten a la gente adecuada, a aquellos que persigamos el sueño de elevar este trocito a lo más alto imaginable. Imaginad una zona de los museos, donde encontraríamos el Museo de la Armada en la actual Capitanía, el Museo de Camarón en la antigua Cruz Roja, el Museo del Castillo de San Romualdo. Sería un lugar apasionante, principal concentración de museos en la Bahía de Cádiz y lugar marcado de peregrinación para los turistas. Pero no me paro ahí, que pasaría con unos polvorines de Fadricas llenos de vida con bibliotecas, espacios de conciertos, restaurantes, hostales, o un Spa. Y si pensamos en un recorrido por los caños, con paradas en baterías restauradas, Carraca, o el Museo del Mar.
¿Acaso todo eso no traería mejorías a San Fernando?, ¿acaso no seríamos capaces de difundir y dar a conocer mejor nuestro Patrimonio? ¿Acaso no podría servir este texto para eso? Desde Patrimonio La Isla lo tenemos claro, y por ello apostamos pero ¿y vosotros?.
Foto y artículo; Carlos Alberto Delgado Collantes