De donde vengo, no me queda nada más que hacer ni que decir, cuanto camino trabado, angosto y sufrible, para no llegar a ningún sitio en cuestión, cuantas opiniones a favor de la marea y en contra del viento, ya no se, ni lo que escribo, ni de donde vengo. Entre fatigas y llantos, sabores salados de una lágrima que me bebí, distingo de que mi paladar aun distingue sabores; y entre las horas de noches y sueños amargos y el navegar en una barca sin rumbo, donde todo el agua es pena, me dispongo a saltar y nadar hasta la orilla. Ahora sin rumbo, pero exhausto y cansado dispongo encontrar la orilla. Se que al final voy a llegar tarde o temprano y sin querer mirar atrás. Ya se que de donde vengo no es, ni mi yo, ni mi sino. Esto es ya más que una victoria, porque empezar a sentir que mi corazón tiene vida, es mucho más que vivir esperando en mi isla totalmente muerto.

Yo se que soy, soy grande, da igual lo que digan las mareas y las tormentas torrenciales, que me empaparon durante tantos años. Yo se que dibujo corazones en el aire, pero que la tinta es invisible, para los que no quieren ver mas allá de sus narices. Mañana saldrá el sol y hoy empapado en agua de lluvia, solo me queda apoyarme en una piedra momentánea del camino que no me deja acomodarme y me resbalo y no descanso. Y hoy tu me llamas en sueños y yo no se que contestar, si por primera vez negarte y maldecirte y llorar tu ausencia, porque se ya mejor que tu misma que yo no soy para ti.

Hoy lloraré tu ausencia, que ensucia mi alma trabada, pero mañana sale el sol, y yo no miro hacia atrás, que bonito despertar mañana. No habrá tormenta ni marea que puedan parar mi alma, mi destino, mi yo. Que gran destreza voy a alzar los brazos y saborear el triunfo en el campo de batalla, pero sin venganza ni alegría, poder ser yo de nuevo, mirarme al espejo y ver a alguien q desapareció por ser otro ensimismado en la misma idea errante equivocada e intransigente, de que al final yo seré sin ti y puedo ser yo, con mis virtudes y alegrías con mi sonrisa conciliadora, esa que tantas veces he visto delante tuya y nunca supiste valorar. Hoy ya huele a tierra seca a hoguera y chimenea del hogar. Huele a familia y cena en la mesa, a manta y sofá seco, ya tengo ganas de ver quinen hay en casa. Mientras tanto, me toca descansar, respirar, reponerme, sosegarme, que no se quien eras, ni donde estabas, no se que hacía allí, ni porque te buscaba. Esto empieza sonar bien empiezo a oír sonidos ancestrales como trompetas del Apocalipsis. Hoy no es mañana ¿y que?, hoy ya estoy contento porque hoy, hoy es hoy y ya no es ayer.