Cuando me propusieron escribir un articulo semanal o mensual, me hizo una gran ilusión y me dije con  la de cosas que se me ocurren y se me pasan por la cabeza no habrá problema, pero cuando ha llegado el momento culmen, oye, pues no es tan fácil, pero nada aquí estamos y como sugiero en mi presentación de mis “Retales” espero que os guste.

En este primer retal. Me gustaría mandar un mensaje. Sí. Será que el hombre es un animal de costumbres y con eso de que se acerca estas fechas tan señaladas, pues lo propio. Quisiera  mandar un mensaje de navidad, pero no ese de “felices fiestas”. Eso es como montarte en un ascensor y decirle al desconocido que va al lado, ¿que frío hace no?, o esa postal que antes de abrirla ya sabes que pone “Felicidades”, detalles fríos que no saben a nada. Aunque esas cosas siempre las agradece el lector, pero perdónenme, no quiero caer en lo típico y tradicional y mucho menos falso, y por otro lado, no quiero caer en lo chabacano y del gusto de: “os deseo que ganéis el triple, que os hagan fijo, que os toque la primitiva y que tengáis sexo a reventar”. No, lo siento, tampoco es mi estilo, aunque alguno esté deseando que se cumpla mi deseo. No. Mi mensaje va en otra dirección, en estos tiempos en los que estamos minados de noticias desesperantes, llenos de incredulidad porque no creemos en el sistema, en que pensamos que somos marionetas, que nos manejan como quieren, en estos tiempos que vemos que el rico y alto cargo sale indemne de los juicios, que los asesinos y violadores vuelven a casa por navidad; pero que los currantes de a pie, que pagamos con nuestros impuestos, y todo los que nos echen, y en el momento que no es así, nos pasamos un día, una hora y nos crujen. Para todos ellos, va mi mensaje.

Cambiemos todo esta navidad, no habrá papa Noel en el balcón, ni bandera de niño Jesús en la ventana, pongamos otra cosa original, no habrá zambomba, habrá villancicos familiares, no habrá pavo por navidad, habrá cordero, no habrá nada de lo que nos impongan navidad tras navidad, no habrá lo que ellos digan, sino lo que nosotros queramos, nos saldremos de la autopista del consumismo y caminaremos por la comarcal de paso, nos detendremos a ver el paisaje, a mirar hacia el camino, a valorar cuanto nos rodea por insignificante que sea, aprenderemos a valorar un abrazo o un beso, a que una sonrisa es el mejor regalo, a que los sentimientos hay que sacarlos de la caja y no solo ver el envoltorio, a confiar en que las personas son buenas y tienen buen corazón, a que un felices fiestas no es una frase echa, a que disfrutar en estas fiestas no se basa en coger con tus amigos un colocón la noche de fin de año, o ver que traje me pongo para la ocasión, que si no tengo reyes que poner o que me pongan no significa que es el fin del mundo.

Mi mensaje para estas navidades, es que consumiendo no vamos a arreglar la triste realidad, pero que valorando los detalles podemos obtener mejores resultados. Tenemos que cambiar el modo de ver las cosas, dejemos de estar en manos de otros que nos digan como tenemos que pensar y que confiemos que con los valores humanos, somos capaces de cambiar todo esto,. Valores que ya no se dan en el colegio, que no transmitimos a nuestros hijos o familia y valores que no se respira por la calle, quizás así esta navidad sea diferente. Apartémonos del odio, de la envidia, de la corrupción, la lujuria,  la prepotencia, la maldad, la tiranía y acerquémonos a la solidaridad, el amor, la verdad, la excelencia, la nobleza, la honradez y sencillez. Dicen que lo negativo llama a lo negativo, yo he apartado todo lo negativo de mi lado, quizás mañana vuelvas a ser pobre, te sientas hundido y sin ganas de vivir, pero quizás alguien que te de una sonrisa, un abrazo, un detalle transforme esta navidad en una de las mejores de tu vida.

Ten fe y esperanza. Un beso para todos