El genio de Little Italy
Repasar el universo creado por este pequeño gran hombre es para mí un auténtico placer. Supone revivir experiencias cinematográficas fascinantes de la mano de un creador formidable, honesto artesano al que conviene sacar de un falso encasillamiento por parte de aquellos que reducen su maestría a la realización de “films de gangsters”… algo que evidentemente impera en su carrera, pero que no deja de ser un aspecto destacable más.
No debemos olvidar que la pobreza, la enfermedad, la droga y los clanes mafiosos de los bajos fondos de Nueva York fueron parte de su infancia y juventud. Y eso lo refleja de manera magistral en films como “Malas calles” o “Uno de los nuestros”, pero también toca con habilidad otras temáticas.
Y es que acaso debemos olvidar que es un gran melómano y que artistas como The Rolling Stones, Bob Dylan, Michael Jackson, The Band o George Harrison han desfilado por delante de su cámara… o que al igual que su colega Woody Allen muestra su adoración por Nueva York ofreciendo una visión más histórica de la ciudad con films de factura impecable como “La edad de la inocencia” o “Gangs of New York”.
A los que le tachan de serio y trascendente que le echen un vistazo a films como “Jo, qué noche” – horrible traducción española del original “After Hours”- o “El rey de la comedia”, en el que recuperaba a un clásico del humor americano como Jerry Lewis. O sin ir más lejos, fascinante resulta su análisis del lado más oscuro del ser humano. La locura, los celos, la venganza sí que son aspectos recurrentes en su filmografía. “Toro Salvaje”, “Taxi Driver”, “Shutter Island” o “El Cabo del Miedo” son crudos y descarnados análisis de la mente del ser humano. No hay concesiones de cara a la galería. No se busca agradar al espectador. Más bien se busca noquearle en la butaca…
Y podría seguir desgranando una carrera magnífica y ecléctica con su particular visión de la religión en “Kundun” o la polémica “La Última Tentación de Cristo” – interesante no olvidar que el cine desvió su temprana vocación sacerdotal-.
Ahora que regresa al primer plano con el inminente estreno de “El Lobo de Wall Street” –su quinta colaboración con DiCaprio- en la que relata los desmanes y la corrupción de la capital económica mundial, era merecido un homenaje por parte de un servidor que le descubrió relativamente tarde hasta que sus “Goodfellas” le abrieron los ojos hacia un tipo de poco más de un metro sesenta, casado cinco veces y que estuvo a punto de morir a finales de los setenta por su tremenda adicción a la cocaína.
Martin Scorsese es todo lo anteriormente expuesto y mucho más… uno de los cineastas más interesantes de todos los tiempos. Un tipo que si no existiera, habría que crearlo.